viernes, 1 de mayo de 2015

Amor


Nunca he trabajado tanto en mi vida como desde que soy madre.

Mi puesto de trabajo, mi oficina, lo dejé estando embarazada y no volví a aparecer por allí nada más que para firmar los papeles de mi baja después de mi excedencia. Y no he vuelto a trabajar de forma remunerada, apenas unos pocos meses sueltos.

Mi trabajo lo hago desde dentro de mí misma. Analizo mi vida, busco el camino, estudio el suelo para poner mis pies donde el terreno sea más firme. No quiero (ni puedo) hundirme.

La maternidad cambió mi destino, pero no importa, porque era el destino que había querido siempre. La maternidad me puso en mi sitio. Y desde entonces estoy redescubriéndome.

La maternidad ha puesto del revés mi relación de pareja. Nunca he (hemos) tenido que trabajar tanto nuestro amor. La base es buena pero tantos terremotos hacen mella. Trabajamos y trabajamos.

Mis hijos abren caminos en mi mente para que yo reflexione sobre cosas que antes casi no me había planteado. Ellos me iluminan, porque ahora lo veo todo más claro, ahora el sentido de la vida es más fuerte, más profundo y más hermoso. Ellos son el futuro, lo más valioso que tenemos. Hay que trabajar en ellos, por ellos, con ellos.

Nunca me he gustado tanto a mí misma como desde que soy madre. Ahora sé que puedo ser muy útil, luchando desde dentro de este maravilloso universo que es el más humano y esperanzador en el que he estado. El de la infancia.

Nunca me he sentido tan dolida como desde que soy madre. Tan impotente, tan cansada, tan desesperada. Mis hijos forman parte de mí, ellos son una parte de mí y yo una parte de ellos. Tengo que cuidarles, enseñarles, acompañarles. Tengo que estar. Tengo que ser. Trabajar y trabajar. Una responsabilidad gigantesca. Y digo tengo aunque también es quiero, porque es algo inevitable, algo que no podría dejar de hacer, algo más poderoso que yo. Y me dejo llevar por ello, y me gusta.

Nunca he cambiado tanto como desde que soy madre. Soy otra, y jamás volveré a ser la que era antes. Y me encanta haber cambiado y ser la persona que soy ahora, y saber que me quedan muchas cosas que descubrir de mí misma, tantas como etapas que les quedan por vivir a mis hijos. Y más.

Tengo muchas ganas de vivir, de seguir siendo madre, de seguir creciendo, experimentando, luchando y reivindicando. Y sobretodo tengo ganas de seguir amando. Porque nunca, nunca en toda mi vida he amado tanto y de manera tan profunda como desde que soy madre. Y no sólo a mis hijos.


Déjame seguir amándote, construyamos ese suelo firme sobre el cual caminar. Todos juntos, en familia. Nosotros. Ya nunca dejaremos de ser padres, aunque seamos también más cosas. Me siento libre, poderosa, pero también vulnerable y perdida. Me siento en proceso de cambio, quiero llegar más allá. Sé que tú estás construyendo tu camino también. Yo sigo queriendo hacerlo contigo.

Y es cierto, el amor no se divide nunca, se multiplica.

Feliz ma(pa)ternidad.

13 comentarios:

  1. Me encanta, es una reflexión súper cierta.

    Feliz día de la Madre :)

    Besos

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  2. Ojalá siempre os tengáis el uno al otro para seguir trabajando, para seguir construyendo. A veces es tan difícil... Yo tampoco he trabajado jamas tanto como ahora y aunque es gratificante también muy cansado. Pero después te pagan en sonrisas y besos y todo compensa...
    Un besazo enorme, familia

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    1. Es muy muy difícil, pero también es cierto que está pagado con creces, aunque a ratos me parezca que no!!! :-D
      Gracias por tu comentario, un beso grande!!

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  3. Que bonito,unas confesiones preciosas,ser madre nos ha cambiado para siempre,es verdad que ya no volveremos a ser las mismas,tenemos mas responsabilidades,mas días duros,cuidar de niños,de la pareja que también es muy importante,todo suma y nos revoluciona.
    Espero que encontreis el camino juntos.
    Besos

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    1. Muchas gracias Sonia, yo también lo espero... Un beso.

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  4. ¡Qué bonito y qué cierto!
    El ser madres nos transforma. Son unas reflexiones muy profundas las que has hecho, me he sentido identificada y me han llegado muy dentro.
    La frase que más me ha hecho pensar: "Nunca en mi vida he amado tanto y de manera tan profunda desde que soy madre. Y no solo a mis hijos". No me había parado a pensarlo pero a mi me ocurre igual.
    Gracias por compartirlo.

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    1. Gracias a ti por visitarme Mayte. Siempre es un placer!

      Creo que lo que nos pasa a ti y a mí es bastante común en mujeres que han sido madres...

      Un beso!

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  5. Que curioso,yo tampoco he trabajado tanto como ahora, pero en cambio estoy mas satisfecha,me llena, no me canso.Es la mayor felicidad jeje. Felicidades por un post estupendo.

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    1. Muchas gracias! Y sí, tienes razón, por muchas dificultades que surjan y por mucho que nos desesperemos... No queremos dejarlo, las fuerzas no faltan! Bueno, no hablo de las físicas, jajaja! Un saludo!

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  6. Siento la maternidad igual que la describes. Punto por punto.
    Me ha llegado al corazón tu escrito porque aunque lo siento tal cual lo explicar... Jamás, ni en mil años, habría logrado expresarlo de forma más bonita!! Gracias! Leerte ha sido un placer enorme! :-)

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    1. Muchas gracias! Tal cual te ha llegado a ti, me salió a mí, jajaja! Un saludo!

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  7. Supongo que hay muchas cosas en la vida que te cambian, y la maternidad será una de ellas... A mí todavía me queda mucho hasta poder descubrirlo, pero si ya de por si soy de reflexionar sobre todo, analizarlo y disfrutar los pequeños detalles hasta llegar a llorar de la emoción, quizás si algún día llego a ser madre, será muchísimo más grande :)

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