miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cosas de Leo: segundo mes de vida

Segundo mes (diciembre de 2010)

El 2 de diciembre escribí que seguía teniendo los pezones hipersensibles y que después de la toma dolían un poco... Me costó dos meses largos establecer la lactancia en ese sentido, creo que tuve infección aunque no llegué a hacerme cultivo. Me tomé probióticos durante dos semanas y después desaparecieron las molestias.

Respecto al sueño: yo con Leo igual por las noches, ya me quedé sopa la otra noche, según se agarró a la teta yo a sobar... Y me desperté a las 2 ó 3 horas, no sé, cuando volvió a pedir... jeje. Él lo que hace es aguantar 4 ó 5 horas sin mamar, al principio de la noche (aunque una de ellas se gasta mientras se duerme-le dormimos), y luego ya vuelve a su ritmo de cada 2-3 horas... Más 2 que 3...

5 de diciembre: Ayer Leo se tiró durmiendo tooodo el día, y por la noche a mamar cada 2 horas como mucho!! Hoy en cambio no había quien le durmiera en todo el día... a ver esta noche! Tan pronto hace 4 horas seguidas sin pedir como sólo 1...

A las 6 semanas de vida: Leo lleva unos días en los que si no mama, llora. A ratitos pequeños parece que se queda tranquilo, pero es que no aguanta quieto en ningún sitio! (excepto en el fular, y sólo cuando está dormido. Menos mal que dentro del fular se duerme en 3 minutos!) Hay que estar moviéndole todo el rato, y no en cualquier posición... Por ejemplo la posición de cuna no le gusta nada! Ayer eché el fular a la lavadora y casi morimos en el intento de dormirle, entre Oscar y yo dale que te pego pasillo arriba y pasillo abajo... Y se queda dormido, y le llevas a la cuna y... no no! Y se queda dormido y te sientas en el sofá con él en brazos y... no no! A caminar! Ayer tardamos como 3 ó 4 horas en que se quedara tranquilo, y en ese intervalo mamó 3 veces, 1 por hora...
Vamos, que dormir no le va, y estar quieto tampoco. Parece un guardia de tráfico, o un rapero según se mire, de todo lo que mueve sus bracitos...

(Ya apuntaba maneras, mi niño...)

13 de diciembre: Leo sonríe bastante, y desde bien prontito, casi de recién nacido... Se pone TAN guapo!!!!!! Y también hace eso de seguirnos con la mirada, y la deja muy muy fija a veces, vamos como si viera perfectamente... Tiene ya 6 semanas, quizá le falte poco!

16 de diciembre: Leo es muy nervioso y mueve brazos y pies todo el rato y le duele la barriga y se queja mucho a veces después de mamar... Pero bueno eso le pasa desde siempre.

(Aquí acabábamos de encontrar el primer hilillo de sangre en la caca. Tiempo después Leo era oficialmente IPLV).

Al mes y medio ya se había pelado (torso, piernas, manos, pies...) y estaba perdiendo pelo de la cabeza; escribí esto: tiene unas calvas, jajaja, pero como nació con bastante pelo, aún le queda...

(Ains, y a día de hoy, a sus 25 meses, sigue teniendo pelito de bebé...).

Ejemplo de noche a sus casi dos meses (19 de diciembre): de 1 a 5:30 dormido (y a veces aguanta más), se despierta y mama, se duerme ipso facto (y yo a veces también antes de que acabe, no sé cómo lo hago!), otra vez a las 7:30, mama, se caga, se le cambia, a la cama otra vez, le doy otro poco, se soba (media hora en total). Se despierta a las 9:30, mama, y otra vez a las 11, mama y ya nos levantamos. Todo esto conmigo en la camita, la mayoría de las veces no le paso a la cuna sidecar a no ser que esté profundamente dormido y a mí me apetezca estirarme un poco...

20 de diciembre: Yo llevo una tarde de sofá... Me eché a Leo al fular, se sobó, y va ya por las tres horas... Hoy tiene el día tranki por lo que se ve... Y claro, tres horas que llevo yo con el ordenador, madreeee me voy a tender una lavadora, o a mear o algo...

Para que conste, esta mañana y hasta después de comer fregué los cacharros, hice lentejas, puse una lavadora, salimos a pasear un ratín...

Qué de días así había, de paz... Mmmmm... Sobretodo mañanas. Aquí comenzábamos ya nuestra época dorada de sueño y noches estupendas... (y qué poco duró, !leches!).

24 de diciembre: Y Leo sonríe muuucho!! Y no soy capaz de pillarle en una foto!! Y sí, a veces responde a nuestras tonterías y nos sonríe...

Mirad, mirad... 


martes, 18 de diciembre de 2012

Casi 35... ¡y en podálica!

Estoy de 34+5 (como siempre, cuando publique esta entrada serán 34+6). La mayor novedad es que el jueves pasado en la eco del tercer trimestre me enteré de que Nora está en podálica... Lo que yo creía que era el culo es su cabeza.

Realmente algo sospechaba, muy duro tenía que tener el culo para que fuera culo realmente.

La ginecóloga no se molestó en darme ningún tipo de consejo, simplemente me citó para la semana 39, "a ver si se ha dado la vuelta y si no programamos". Ni siquiera nombró la palabra cesárea. No sé, no me pareció muy correcta su actitud, creo que no le hubiera costado nada explayarse un poquito más, no?

A mí me dio bastante igual porque estoy ya en trámites de cambiarme al hospital de Torrejón, y sé que allí las cosas son diferentes. En la semana 37 si quieres te hacen la VCE (versión cefálica externa) y estoy dispuesta a intentarlo todo antes de una cesárea. Bueno, todo o casi todo, porque un parto de nalgas me da mucho miedo, a ver qué me cuentan en Torrejón, que creo que lo hacen.

Es curioso pero estoy bastante tranquila. Con lo que significa para mí un parto, con las ganas que tengo de vivir esa experiencia de nuevo y de la forma más natural, con lo contenta que estoy por haber encontrado Torrejón... Pero el hecho de que allí las cesáreas sean tan respetadas y "humanas" me tranquiliza mucho. El papá estará conmigo durante todo el proceso y no me separarán de Nora ni un segundo, la reanimación la hago con ella encima. Eso es más de lo que experimenté en mi anterior parto, vaginal, pero con una separación durísima de casi 24 horas.

De todas formas voy a ser optimista, quizá se dé la vuelta. Yo de momento estoy poniéndome a 4 patas de vez en cuando, que dicen que ayuda. Además, dicen también que en los segundos embarazos el útero está más dado de sí y el bebé tiene más espacio, con lo cual puede moverse más hasta más tarde.

Mientras tanto, Nora se mueve y se mueve sin parar, me da patadas abajo y cabezazos arriba, ¡a veces su cabeza sobresale muchísimo de mi barriga! Tengo contracciones un poco dolorosas, pero esporádicas, estoy empezando a tenerlas cuando Leo mama, menos mal que no lo hace mucho ahora. Sigo con muchísimas molestias pero esto es ya la cuenta atrás, ¡no queda nada! ¡Y lo relajados que estamos con los preparativos! En lo que no dejo de pensar es en mi hijo mayor (¡mayor!, pobrecito...), que cada vez da más señales de olerse lo que se le viene encima. Llantos, rabietas, caprichos, mamitis, actitudes desafiantes... Nada fuera de lo normal en un niño de dos años que espera una hermanita, jeje.

Y yo... entre ilusionada por ver a mi bebé, nerviosa por el parto y acojonada por convertirme en mamá de dos peques tan peques.

Pero gana la ilusión... ¡al menos hoy! ;-)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Cosas de Leo: primer mes de vida

Si continúo con este blog, sé que aquí quedarán escritas muchas de las “primeras cosas” de Nora: su primer diente, su primera sonrisa, su primer gorgojeo... Con Leo quise escribir un cuaderno con todas estas cosillas, acompañándolo de fotos, pero por supuesto lo fui dejando y a día de hoy mi mejor registro son los foros de maternidad donde empecé a participar desde que me quedé embarazada. He pensado en hacerlo ahora aquí, de forma retrospectiva, para que no se pierda. No sé si me liaré demasiado, pero voy a intentarlo.

Primer mes (Leo nació el 30 de octubre).

Me subió la leche al segundo día después de parir (el 2 de noviembre).

Con 4 días de vida se le cayó el cordón. Apenas tuvimos que preocuparnos de limpiarlo, mantenerlo limpio, seco... Fue muy cómodo.

Le sacamos a la calle por primera vez con 5 días (el 4 de noviembre). Fue para ir al registro.

Una cosa curiosa es que yo recuerdo las primeras semanas de Leo muy fáciles, Leo dormia y comía y ya está. Es cierto que le costaba un poco conciliar el sueño, que lloraba al final de la tarde, pero mi recuerdo es que yo dormía bastante bien (colechábamos). Ahora, repasando lo que escribía, me encuentro con esto que escribí a sus 6 días de vida:

Mi postparto... regulín también, ayer no dormimos hasta las 3 de la mañana el primer ratito. Leo no llora, chilla!!! Y el pobre a veces no quiere mamar y no se calma con nada, y se retuerce un poco como si tuviera muchos gases, no sé... Me angustio mucho, no puedo evitarlo.

Creo que quizá fue un poco después cuando empezó a dormirse en la teta... ¡y yo a dormirme antes incluso de que él terminara de mamar! Además recuerdo que por sus regurgitaciones bestiales, después de cada toma nocturna le teníamos totalmente sentado en la cama un ratín, y era un coñazo, pero supongo que dejamos de hacerlo pronto...

A los 11 días de parir mis 4 puntos de la episiotomía no estaban cerrados... Tuve que empezar a lavarme con Episelle y secarme con el secador. A los 15 días me seguían doliendo.

Leo pesó 3,300 kg. al nacer, a los 3 días se quedó en 3,160 y a los 11 pesaba ya 3,720 kg.

Puse a Leo en el fular por primera vez a los 14 días de nacer. :-) A los 16 días ya estaba en la calle con él y tengo foto para la posteridad:



Parece que tenía bastantes gases (¡es increíble, eso tampoco lo recordaba!), principalmente después de las tomas. Le teníamos en vertical, le dábamos masajitos en la barriga y le cogíamos tumbado boca abajo sobre nuestro antebrazo. ¡Y fular a mogollón!

Ains. Acabo de leer que le gustaba el baño, a sus 23 días... Tendríais que ver cómo chilla ahora. (Vale, ahora leo que antes de cumplir los dos meses ya lo odiaba. Eso ya me sonaba más).

27 días de nacido: Leo lleva dos días pidiendo cada hora... Dónde quedaron aquéllas noches de intervalos de 3 y 4 horas...? Snif.

Al mes de nacer: ánimo con esas lágrimas... pasará, a mí me ha durado casi 3 semanas pero ya ha pasado. Ahora estoy con otros temitas del puerperio, explorando la maternidad... Y todo es nuevo, pero estoy feliz y enamorada de Leo! 

Con 4 días de vida

 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¡33 semanas!

He tenido que contarlas varias veces hasta que se me ha quedado grabado en la cabeza. ¡Ya de 33 semanas! Qué rápido está pasando... Por un lado me alegro, porque está siendo duro, pero por otro... Sé que casi seguro será mi último embarazo, y no lo estoy disfrutando como debería.

Nora se mueve como si estuviera en una cama elástica, o como si luchara con unos ninjas ahí dentro. Desde hace ya mucho tiempo noto sus movimientos muy fuertes, me tiembla toda la barriga varias veces muy rápido, me salen bultos grandísimos de repente... Todo esto desde bastante antes de cumplir la semana 30. Ahora ya es de coña, ¡parece que quisiera salir a través de mi ombligo! Y eso que tengo placenta anterior, que en teoría amortigua los golpes...

Me encanta que se mueva así, me hace sentirme acompañada por ella, es su forma de comunicarse conmigo. También noto muchas veces su hipo, en la parte de abajo de la barriga (¡bien!).

Eso sí, tanto movimiento contribuye a tener más contracciones aún. De las de Braxton Hicks desde la semana 20 más o menos, pero últimamente también dolorosas, reglosas... Sé que no es para preocuparse, pero mi cuerpo me avisa de que tengo que descansar y relajarme más. De todas formas me quedaré tranquila del todo cuando cumpla la semana 37. Aparte de esto, tengo ardores, molestias pélvicas, un dolor horrible en el coxis, pinchazos en la vagina, en los glúteos, apenas puedo andar sin tener dolorcillos de todo tipo, tripa dura cada dos por tres, no puedo conciliar el sueño por las noches... ¡Vamos, que estoy en mi mejor momento!

No paro de pensar en Leo, en cómo se lo tomará, en cómo lo llevaremos sus papis, en si sufrirá mucho o sólo lo normal. Me da miedo no estar a la altura. Además cada vez pienso más en el parto, tengo muchas ganas de parir, de vivir otra vez esa experiencia y de que el final sea un poco más feliz. Espero que el bajón hormonal, además, no sea tan bestial, porque me temo que el papi no va a tener tanto tiempo para ocuparse de mí como en el primer embarazo. Ahora tenemos un bichillo de dos años al que habrá que cuidar por encima de todo. Y yo tampoco podré estar tan relajada como la otra vez; en aquellos momentos al menos yo aceptaba esa melancolía, me sumergía en ella y aunque parezca lo contrario eso me ayudaba. Había calma y paz a mi alrededor... Eso no va a suceder esta vez y me da miedo derrumbarme, perder el control y no tener donde agarrarme, no quiero que eso perjudique a mis hijos. 

La verdad es que anímicamente me siento ya como una bomba a punto de explotar... No puedo evitarlo, las hormonas funcionan por su cuenta, mis embarazos son así. Echo de menos tener al padre de Leo sólo para mí, para cuidarme, para sostenerme sin importar si me voy a caer realmente o no, para abrazarme... 

Creo que lo que me queda de embarazo va a ser duro (más aún), por eso no puedo evitar desear que Nora esté ya aquí, para al menos pasar a otra cosa, dejar este estado de medio ansiedad y empezar otro que aunque sea más estresante aún, lo será conmigo más "entera" físicamente y menos necesitada de mimos... Claro, eso contando con un puerperio cómodo. Ains.

Pero también tengo ganas de que ella esté aquí para verla por fin, para tenerla en mis brazos y amamantarla, para llevarla en el fular pegadita a mí, para disfrutar de su calor, mirar sus ojos, dormir a su lado... Tengo mucha más prisa que con Leo, quizá porque ya sé lo maravilloso que es empezar a compartir tu vida con un nuevo bebé.

Y quizá esté un poco loca por desear que se acabe ya esta época de "mamá de uno" y comenzar el caos de tener dos bebés, pero aunque sé que será duro, aunque no dejan de recordármelo (y no me importa, todo lo contrario, las experiencias de otras madres como yo me ayudan mucho), quiero pensar que la felicidad tambien se va a hacer notar y nos va a invadir con la misma fuerza... No?

Te quiero mucho Nora. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

La sanidad no es un negocio

Hoy sólo quiero sumarme a la huelga madrileña de la sanidad pública. Por desgracia la sanidad sí es cada vez más un negocio, y me alegra mucho saber, y haber visto hoy con mis propios ojos, cómo los profesionales de la salud se rebelan ante esto. 

Reproduzco a continuación un texto de la AFEM (Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid) que me ha gustado bastante. Esta asociación ha convocado una huelga indefinida (¡con dos cojones!) de lunes a jueves en todos los centros de Madrid (supongo que concretamente en hospitales y centros de especialidades, que alguien me saque de mi error si no es así). Esta huelga indefinida se lleva a cabo además de la huelga de cuatro días convocada por todos los sindicatos. Por lo visto uno de los sindicatos mayoritarios de la Comunidad, Amyts, ya se ha sumado también a la propuesta de AFEM.

Este jueves tengo los análisis del tercer trimestre de mi embarazo, y un par de semanas después la visita al gine para resultados y eco. Ya os contaré.

Vivimos tiempos difíciles, tiempos de crisis, tiempos de cambios. Son estos momentos los que hacen la historia, los que representan la oportunidad para cambiar las cosas, pero también los momentos en los que decidimos qué queremos dejarles de herencia a las futuras generaciones. Son ellos, nuestros hijos, los futuros médicos y profesionales de la sanidad, los pacientes, los que verdaderamente juzgarán lo que hagamos o dejemos de hacer esta semana, nuestra unión, nuestra fuerza, nuestras convicciones... Si fallamos, no podremos explicar por qué un día tuvimos la oportunidad, el coraje, la razón, para pararlo y no hicimos nada.
Durante años nuestro esfuerzo diario ha hecho de éste uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo. Durante años hemos volcado toda nuestra motivación, nuestros estudios y gran parte de nuestra vida, para mejorar el sistema sanitario, para ofrecer una atención excelente, para llegar al paciente más allá de lo que los medios que teníamos nos permitían. Durante años hemos visto como políticos que nunca habían trabajado con pacientes, tomaban decisiones equivocadas, burocratizaban el sistema y dificultaban nuestra labor, alejándonos de cualquier capacidad de decisión en la gestión y organización de nuestro trabajo.
Ahora, usando como pretexto una crisis de la cual ellos mismos son responsables, pretenden encontrar una solución mágica, que no es preciso consensuar con nadie, que ha sido rechazada por el Colegio de Médicos de Madrid y por todos los Colegios Médicos de España, por las Sociedades Médicas, por los Jefes de Servicio, por los Coordinadores de los planes estratégicos y por las Asociaciones Profesionales y Sindicatos.
Hoy, todos juntos decimos ¡Basta!. Si es preciso encontrar soluciones urgentes, no es menos cierto que estas soluciones deben ir dirigidas a mejorar las ineficiencias del sistema, fortalecerlo para que sea capaz de resistir el embate de esta tremenda crisis. Somos los profesionales de la Sanidad los que tenemos los conocimientos y la capacidad para conseguirlo. Pero deben permitirnos luchar para salvar el Sistema Sanitario, deben volver a considerar que no es posible hacer Medicina sin contar con los médicos, que sólo contando con la colaboración y la motivación de todos podremos hacer que este sistema sea sostenible.
Por ello, hacer huelga, movilizarnos, protestar, es nuestra forma de decir que de esta crisis tendremos que salir todos juntos. Que es preciso contar con todos, y salir remando todos contra el viento. Luchar por el sistema sanitario que es nuestra obra, la obra de nuestras vidas, que pertenece a todos los madrileños por igual. Queremos luchar por él y estamos dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para mejorarlo, para salvarlo y para poder legárselo a nuestros hijos.
Hoy, tenéis que levantaros con el convencimiento de poder decirle a las futuras generaciones con orgullo: Yo hice aquella huelga, yo paré la sinrazón, ahora tenéis un sistema sanitario público, excelente y sostenible gracias a lo que hicimos aquellos días.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi niño

Después de mi última entrada os debía algo un poco más alegre. Voy a intentarlo, !que no se diga! 

Empiezo por la visita a la pediatra. Todo bien, nos dejó bastante tranquilos. Vamos a olvidarnos de momento de hipotéticos problemas y trastornos varios y vamos a asumir que Leo es un cabezota, pelín vaguete, con un poco de mala leche y... ¡ya está!, como diría él. 

Su malestar de estómago ha desaparecido (gracias en parte a unos maravillosos probióticos, Lactoflora) y ha aparecido un hambre atroz. No está más de dos horas sin pedir comida, ¡y eso ya es mucho!

Está avanzando bastante con el lenguaje, poco a poco va ampliando vocabulario y repitiendo lo que decimos. Además habla mucho solo, "en su idioma". Ha aprendido a decir "másss", así con muchas eses al final, y lo utiliza sobretodo para pedir comida, jajaja. Le gusta decir "pato" como Pocoyo, y "Eli" también. Ya hace frases de 3 palabras aunque en plan indio, sin verbos ni preposiciones ni ná, esta misma noche, por ejemplo;  "papa teta no. Mamá sí".

Cada día es más risueño y alegre y se le da mejor poner cara de pillo. Y ayer durmió 9 horas y cuarto del tirón... ¡en la cama de su habitación! Eso sí, esta noche no ha podido ser. Ha accedido a acostarse allí pero no se dormía, no quería, hasta que le he preguntado y ha reconocido que quería irse a su cuna sidecar, pegada a nuestra cama. En fin, paciencia. Espero que para cuando nazca su hermana lo lleve mejor, y si no... pues ya veremos. 

Nos siguen preocupando muchas cosas; sus rabietas, su manía de tirar la comida al suelo, su timidez, su desinterés por otros niños... Pero hay que pensar también en lo despierto y listo que es, en lo cariñoso que se pone a veces (cuando quiere), en lo bien que lo pasamos juntos... El día a día es cansado y mi embarazo nos pasa factura, pero a veces nos olvidamos de que eso es "culpa" nuestra, no de él. Y mi agotamiento, mis dolores, mis hormonas, son las que hacen que tenga menos paciencia, menos ganas y lo vea todo más grave de lo que es.

Se va haciendo mayor, pero es muy pequeño aún... Sólo espero que no lo pase muy mal cuando nazca su hermana, que sepamos (sus padres) hacer frente a la situación y no cargarle a él con más responsabilidad de la que le corresponde. Leo es muy sensible... ¿y he dicho ya que muy cabezón? Y no se conforma fácilmente... 

¿Sobreviviremos? Yo tengo la corazonada de que sí, de que esto por encima de todo nos va a traer más felicidad, de que la pequeña Nora nos va a unir más aún si cabe y de que para Leo va  a ser genial. 

Sí, se llama Nora. :-)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Momentos difíciles

Más de tres semanas sin escribir. Quiero al menos dar señales de vida y ordenar un poco mis ideas.

30 semanas de embarazo. Estoy menos cansada pero con bastantes dolores (hueso pélvico, lumbares, pinchazos en los glúteos...). En cuanto ando un poquito más de la cuenta (y la cuenta son muy pocos metros) empiezo casi a cojear. Tengo contracciones de Braxton Hicks cada dos por tres, cuando me muevo un poco, cuando me agacho y me levanto, incluso sin hacer nada, por las noches... Y son molestas. Con Leo tuve también, pero no tantas. Creo que influye no sólo el movimiento y la actividad física, sino en general el no relajarse, siempre con la cabeza en mil cosas... o más bien en una: Leo.Y además la nena se mueve que da gusto, ¡vaya terremoto que tengo por barriga!

Leo sigue preocupándonos. No he contado mucho por aquí, excepto algo sobre sus rabietas, pero no es lo único que nos tiene alertas. Hay cosillas que no nos cuadran y hemos decidido ir a la pediatra a ver si nos aclara algo o nos deriva a atención temprana. Me gustaría que nos sacaran de dudas sobre ciertos miedos que tenemos acerca del desarrollo de nuestro hijo.

Esto nos absorbe ahora mismo casi todas las energías, aparte de mi embarazo. Está siendo duro y nos sentimos solos. Estamos desbordados y me temo que un poco alejados el uno del otro. Mala racha para los dos que hace que no nos apoyemos todo lo que deberíamos. Echo de menos muchas cosas, pero sé que volverán. Volverán pronto. Nosotros podemos con todo.

Además, el peque lleva una semana casi malito, hace ya casi un par de horas ha vomitado y hemos tenido que cambiar toda la ropa de la cama, hasta el colchón se ha manchado. Nos ha llevado una hora arreglar el desastre. Leo duerme con su cuna adosada a nuestra cama y tanto una como otra estaban que daban pena (o asco, mejor dicho). Pobrecito, se ha puesto perdido y se ha asustado un poco. Nunca antes había vomitado, el jueves pasado fue la primera vez y ésta la segunda.

Espero poder contaros más cosas pronto, y buenas, que tambíén las hay. A ver si no pasan otras tres semanas. Os voy leyendo, no lo dudéis. ¡Besos... y buen día de huelga!

martes, 23 de octubre de 2012

Llegando a las 27 semanas

Concretamente estoy de 26+5 (aunque quizá cuando publique sean ya 26+6). Tenía que terminar la historia de mis desgracias en cadena del post anterior, y allá voy:

El lunes de la semana pasada repetí la curva de tres horas, esta vez sin vomitar. Aguanté bastante bien. El jueves en la consulta del ginecólogo me llevé la agradable sorpresa de que estaba todo correcto... ¡¡No tengo diabetes gestacional!! Además, me dijo que en el tercer trimestre ya no tenía que hacerme la curva, simplemente me sacarán sangre para la analítica normal. ¡Estupendo! 

Para ser sinceras, me quedé un poco extrañada, porque la enfermera que me supervisó la curva en el hospital, a la que conozco bien porque me llevó mi DG con Leo (es enfermera de endocrinología), se despidío de mí diciéndome que ójala nos viéramos allí mismo en el tercer trimestre para la última curva, en vez de en la consulta de la endocrina. Me da a mí que el ginecólogo metió la pata, no sé... Peeero... ¡¡AAAAAH... se siente!!

Además, he terminado ya con los antibióticos para la infección de orina y me encuentro realmente mejor. Creo que estaba arrastrando una pedazo de infección desde hacía tiempo que era lo que me tenía tan cansadísima. Ahora me encuentro mucho mejor en ese aspecto. 

Y así, de repente, me planto con mis útimas citas del seguimiento de embarazo. Ya tengo pedidas la analítica del tercer trimestre y la visita posterior con el gine que incluye la última eco. Después, exudado, y después... ¡monitores en la 41! Eso me encanta, con Leo tuve ecografía "extra" más monitores en la semana 38, por culpa de la DG, y me citaron después para los segundos en la 40 (a los que no llegué, menos mal). No me gusta nada eso de los monitores, es incomodísimo, siempre tienes que esperar un montón, tanto antes de entrar como luego allí tumbada, y sinceramente, no creo que sirvan de mucho. Me parece estupendo no tenerlos hasta la semana 41.

Aparte de esto aún me quedan un par de visitas a la matrona, al menos, pero esas visitas me molestan menos.

De todas formas voy a pedir el traslado a otro hospital de mi Comunidad, del que he oído maravillas. En breve iré a una visita organizada por las matronas de allí y os contaré. Es el hopital público de Torrejón. 

Lo que no ha cambiado son las rabietas de Leo. El domingo tuvo una fortísima de unos 40 minutos. Qué mal lo pasa él y qué mal nosotros. Pierde totalmente el control, entra en bucle, no sabe ni lo que quiere, te mira y te llama como pidiendo ayuda pero no soporta que le toques... Grita, tose, se ahoga, es como quisiera expulsar algo que tuviera muy dentro y muy pegado en el interior de su cuerpo... El desencadenante es lo de menos, a los 10 minutos ya ni se acuerda; pide algo, tú se lo das pero él reacciona como si le quemaran vivo... Y así una y otra vez... Hasta que de repente pide otra cosa (brazos, teta, que le pongas dibujos...). Lo haces, y... milagro, la rabieta termina de repente tal como empezó.

Quiero escribir un post sobre ellas porque realmente creo que vivirlas es muy duro, al menos lo está siendo para mí. Y creo que hay algo de confusión entre rabietas y "simples" berrinches. Leo es cabezón como él solo, y berrinches, enfados, o como lo llame cada una, tiene mil y más cada día... Pero las rabietas son otra cosa. De lo que yo hablo es de algo que desde luego no tiene nada que ver con llorar para conseguir algo que quiere.

Al menos nuestras noches están siendo tranquilas, algo es algo.

Por cierto, el ginecólogo me mandó hierro y me lo he empezado a tomar. No soy muy partidaria de tomar suplementos vitamínicos en el embarazo así sin más, de hecho sólo estaba tomando yodo (el ácido fólico lo dejé al finalizar el primer trimestre), pero informándome un poquillo parece que realmente estoy en el límite de hemoglobina y también bajita de hematocrito, contando con que estoy embarazada, claro. Así que estoy con 80 mg. al día y si en el tercer trimestre veo que han subido los niveles lo dejaré, que parece que no es del todo inocuo tomarlo si no es realmente necesario.

Aquí lo dejo; mi querida niña sin nombre y yo os deseamos una buena semana. ;-)

viernes, 12 de octubre de 2012

Las desgracias nunca vienen solas

O eso dicen, ¿no? Ahora puedo sacar algo positivo de todo lo que me ha sucedido en las últimas 48 horas... aunque puedo sacar bastantes más cosas negativas.

El jueves a las 8 de la mañanba estaba en el hospital preparada para la tercera sobregarga de glucosa de mi vida. Pedí una vía, me la pusieron, me sacaron los 4 ó 5 botes de sangre correspondientes a la analítica del segundo trimestre, me bebí el brebaje dichoso y a esperar. La primera hora la pasé dignamente; un poco sobada, un poco molesta, pero bien. Me llamaron para sacarme sangre por segunda vez, esta vez "sólo" dos botes (¡dos botes para medir la glucosa en sangre! No lo entenderé nunca). Me volví a sentar y a los pocos minutos me empecé a encontrar mal. Le pedí a un chico que estaba a mi lado que avisara a las enfermeras y las vi acercarse mientras yo me mareaba y todo temblaba a mi alrededor. De repente desperté y vi que estaban a mi lado y me decían: "ya está, ya pasó". Había perdido el conocimiento (supongo que no más de un segundo o dos, pero soñé y todo, ya me ha pasado más veces) y había vomitado. En silla de ruedas me llevaron dentro de la sala de extracciones, me tomaron la tensión, me recostaron en un sillón y allí estuve un rato, con la ropa toda manchada y sintiéndome una auténtica mierda. Impotente, sola, enfadada... Hablé con la enfermera y le dije que quería esperar a mi vista con el ginecólogo para ver si podía comprobar mi azúcar de otra manera, pero ella me dijo que no, que las normas eran que había que intentarlo dos veces; si la segunda vez vomitaba también, entonces ya me derivaban al endocrino directamente. Genial. Me dijo que volviera el lunes. 

Llegué a casa derrotada, con mal cuerpo, triste, cansada... Mi padre se quedó con Leo mientras yo me daba una ducha. No pude comer nada. El resto de la mañana la pasé con Leo en el sofá viendo vídeos infantiles en el ordenador, hasta que mi chico salió de trabajar (¡pronto, menos mal!) y siguió ocupándose de él. Pude comer, con ganas, pero estaba cada vez peor, con dolor de cabeza, de barriga, me picaban los ojos... Hacía rato que me había puesto a tiritar de frío, me abrigué, me tapé con una manta y a las 15:30 me puse el termómetro. 39 de fiebre. Me asusté. Mientras tanto Leo se despertó de su siesta y no hubo manera de volver a dormirle, aunque él no paraba de llorar pidiendo que le durmiéramos. De locos.

Acabé en urgencias, me sacaron sangre (¡otra vez!) y me hicieron un cultivo de orina que salió positivo. ¡¡El médico de guardia me quería dejar ingresada!! Decía que era el protocolo en caso de infecciones de orina (¿os he dicho alguna vez hasta dónde estoy de los protocolos?), pero que como parecía que era leve, me mandaba antibióticos y a casa. Si no me llega a dejar irme creo que me hubiera puesto a llorar allí mismo.

La fiebre me había bajado (me tomé un paracetamol), pero estaba derrotada. Además en casa las cosas estaban mal. Leo y sus dos años nos superan por momentos y estamos en una mala racha. Mi chico no puede con todo, bastante tiene con cuidarme y ocuparse casi de todo en la casa y asumir sus propios problemas, que no son pocos, y yo precisamente ahora estoy más sensible que nunca... Mezclas explosivas, dañinas, que hacen muy difícil el día a día. Mucho estrés. Demasiado. Muchos llantos y gritos. También demasiados. Hicimos una pausa en todo y descansé el resto de la tarde. Leo estuvo con la abuela un rato. 

La noche acabó con una rabieta de mi hijo de las grandes. Supongo que él acusó también el día entero, también fue duro para él. Se despertó cuando yo me fui y no se volvió a dormir, y sólo hizo 40 minutos de siesta. Cuando salimos de la habitación, después de casi una hora de llantos, hicimos un poco de terapia de pareja que nos vino de perlas, pero eso también cansa... 

Mi querido compañero me dejó dormir hoy 12 horas como 12 soles. Me he levantado como nueva, pero él lo ha pagado con una gastroenteritis de caballo que le ha tenido en la cama desde que yo me he levantado (en la cama y en el baño). El pobre está fatal. Así que mañana todo es una sorpresa, yo me temo que volveré a mi estado habitual de cansancio (dependerá un poco de la noche que pase Leo), y ya veremos cómo amanece el papi. 

Sigo con mis dolores de regla, estoy mosqueada, pero ya le consultaré al gine la semana que viene. Mi nena sigue moviéndose contínuamente, no para. Tengo la tripa dura cada dos por tres. La espalda y el coxis fatal. Y el lunes... prefiero no pensar en el lunes porque me entran los siete males. Sé que voy a ir y me voy a someter a la prueba de nuevo (y uso la palabra "someter" de forma muy consciente), y sé que voy a ir jodida y muy descontenta conmigo misma por hacerlo. Pero es lo que hay, no tengo fuerzas para más luchas. Ya os contaré.

jueves, 11 de octubre de 2012

25 semanas... ¡y avanzando!

Avanzando a duras penas, pero avanzando. Me cuesta mucho escribir porque cuando encuentro tiempo sólo quiero (o más bien sólo puedo) tirarme en el sofá y leer. Pero hoy estoy un poco más descansada y voy a aprovechar antes de irme a la cama. 

Sigo cansada, agotada, derrotada... Me fatigo a los 10 minutos de empezar cualquier actividad, me falta el aire, me duele la barriga, me mareo, me duele la cabeza... Ya he empezado con ardores y se han unido unos picores un poco desagradables. !Un cuadro! Para colmo Leo lleva malito desde hace unos días, el lunes vomitó un poquito y decía que tenía pupa en la tripa. Desde las 6:30 de la mañana nos tuvo en pie y yo me puse malísima del puro cansancio, con ganas de vomitar, náuseas y todo. Parecía que se había quedado en nada pero comía más bien poco y esta mañana ha vuelto a vomitar, esta vez un montón, hemos tenido que meterle a él en la bañera y la funda del carrito a la lavadora. Apenas ha comido hoy. Parece que le sienta mal la leche, porque las dos veces que ha vomitado ha sido después de tomarse su vaso de leche de por la mañana. Lo suele pedir tempranito y se lo llevamos a la cama. Muchas veces vuelve a dormirse y luego cuando se levanta se toma la fruta y las tostadas. A ver esta madrugada cuando lo pida, ¡miedo me da el berrinche que se va a pillar si no se lo damos!

Hoy ha dormido dos horas y media de siesta, y yo me he unido a él cuando llevaba sólo una hora, así que he dormido una hora y media que me ha sentado de lujo. Por la mañana no hemos salido y ha estado bastante tranquilito, y por la tarde se lo han llevado mis padres así que estoy bastante despejada ahora. Mal momento porque mañana me levanto a las 7 y poco para estar en el hospital a las 8: tengo los análisis del segundo trimestre y la sobrecarga de glucosa, la de tres horas, otra vez. Supongo que Leo se despertará cuando yo me levante y ya no se volverá a dormir, así que le tocará al papi lidiar con la fiera, sus llantos, su "mamáaa", su "tetaaa"... Pobres, los dos.

La nena sigue dando patadas, o cabezazos, o lo que sea, a mansalva y sin reparos de ningún tipo. No se corta un pelo la tía. Ahora parece que me están empezando a dar pequeñas contracciones cuando estoy durmiendo a Leo en la cama, mientras mama... Sé que no debo preocuparme, pero mosquea un poco, la verdad. No quiero decirlo muy alto pero hace días que Leo no me muerde, hablando de teta. A veces se pone un poco pesado con lo de tocarme la axila mientras mama y eso me pone muy nerviosa, pero suelo poder evitarlo.

También estoy muy sensible, lloro por todo (me parezco a mi hijo, ejem). Pero sé que es normal, intento tomármelo con filosofía y tengo días buenos también. Me ayuda no estar sola con Leo, quedar con amigas, hacer cosas diferentes... Lo que pasa es que no es tan fácil, en mi estado no puedo darme grandes paseos, ni ir yo sola con el carrito subiendo y bajando de autobuses. En breve comienzo a ir con Leo a una pequeteca, dos tardes a la semana. Voy con otras mamás a las que conozco del curso pasado y sé que esto me va a ayudar a pasar las tardes de una forma más agradable al lado de mi hijo... ¡Hasta que mi barriguita diga basta, claro! También quería empezar a ir a nadar, pero estoy tan agotada que no sé si me conviene. Quizá me apunte a clases de yoga, una amiga que está embarazada me ha dicho que su profesora le adapta los ejercicios sin problema, y el gimnasio me pilla muy bien. Sólo tendrían que cuadrarme un poco los horarios. 

¡Ah, y me estoy sacando el carnet de conducir! Hace poco aprobé el teórico y he empezado esta semana con las clases prácticas... Me dan un miedo horrible los coches, así que lo paso regular, pero hoy ha ido mejor la cosa, no sé si porque voy perdiendo el miedo o porque iba más descansada (voy antes de comer). Espero que me dé tiempo a aprobar antes de parir, si no tendré que hacer un parón.

En fin, que entre unas cosas y otras, voy bien servida de estrés. Menos mal que mi chico me ayuda muchísimo y me hace la vida mucho más fácil. Los abuelos están ahí siempre y Leo... ¡bueno, Leo es Leo, pero sigue siendo adorable a pesar de todo!

Por cierto... seguimos sin nombre. Ains.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Sin (casi) palabras: días de calle y parque

Hasta esta misma tarde hemos estado saliendo a la calle cada día, mañana y tarde. Leo en la calle es otro, más tranquilo, más relajado, más entretenido... Por las mañanas solemos quedar con una amiguita que tampoco va a la guarde (bueno, ella va por la tarde); por las tardes en familia, con más amigos... Lo que se tercie.



Juega con la arena, se la echa en los pies, observa cómo cae...






 Le encantan las piedras; cogerlas, tirarlas, juntarlas...

 Le gustan mucho los columpios, aunque también pasear, ver perritos, aviones en el cielo...




Su juguete favorito es la pelota, así que muchas veces jugamos a correr detrás de ella, pasárnosla con el pie, tirarla con la mano... Se parte de risa intentando quitárnosla y juega con sus abuelos mucho a eso. Otra cosa que le encanta es esto:

Éste se lo "quitó" a una niña en el parque. Cada vez que ve uno se vuelve loco, y ya si va con bebé dentro es el no va más. ¡Para su cumple caerá uno!












Podría poner más y más fotos, ¡qué vicio! Me temo que en unos cuantos días tendré más material de interior que de exterior... Aunque tengo claro que no vamos a dejar de salir a la calle. Además, le gusta la lluvia, así que... ¡habrá que abrigarse y coger el paragüas!


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Paciencia...

Seguimos imbuídos en nuestro papel de padres preocupados. Leo está en plena adolescencia, la de los dos años. Es triste pensar continuamente que tu hijo es un fastidio, no me gusta estar así y no me gusta ver a mi pareja así.

El mayor problema ahora mismo creo que es que nos pega. Nos pega, nos muerde, nos araña... Esta tarde su padre le ha cogido en brazos y él ha aprovechado para morderle bien fuerte en el hombro. De la que el papi gritaba y le apartaba, Leo le arañaba la cara. Esto ha sido después de estar en la calle tranquilísimo, pero es entrar en casa y se vuelve loco. Se ha puesto a tocar la cadena de música y el DVD, apretando los botones con su dedito. Sabe que no queremos que haga eso y le hemos regañado. Como no hace ni caso, al final he optado por trasladarle yo al otro lado del salón e impedirle el paso sentándome en mi pelota de pilates. Parecía que no le había importado, se ha puesto a tirar sus juguetes por el suelo (no cabreado, sino como si jugara a cualquier otra cosa, es su pasatiempo favorito) y después ha sido cuando su padre le ha cogido en brazos para cambiarle. No es que no quisiera ir con él, no se ha resistido... Siempre es así, de repente pega. Y te dice que es que quiere pegarte, y tú le dices si quiere que mamá esté triste y te dice que sí. Es genial mi niño, eh?

No sé si no entiende el concepto de “no”, no sé si le estamos pidiendo mucho para la edad que tiene (23 meses). Parece que lo entiende todo, y eso que apenas habla, pero cuando le decimos que no haga algo... es como si su cerebro no lo procesara. De hecho, él asiente, nos dice que sí... ¡joder es que parece que nos escucha atentamente! Y dos segundos después... vuelve a tirar la comida al suelo desde la trona, por ejemplo. Ya no sé si le pasa algo, si esto es normal o no, si debería al menos “hacer caso” en algo o algunas veces...

Y como os decía, estoy harta de tener este sentimiento presente siempre. Vuelvo a pensar en ir a la pediatra y contárselo todo, lo mejor que me podría pasar es que se riera de mí en mi cara, ¿no? Lo malo es que no termino de confiar en mi pediatra...

Ah, también chilla. Mucho. Muchísimo. Lo hace cuando le regañamos, en plan: “no quiero escucharte”.

Y me da rabia porque es un bebé maravilloso. Porque sé que es muy especial. Porque es inteligente, mimoso, cada día más risueño... Porque en cuanto te dedicas a él se vuelve el niño más dispuesto y complaciente (bueeeno, o casi el que más). Sé que nos necesita mucho y nos lo demuestra cada día. Va haciendo avances a su ritmo, poco a poco, en el habla, con la comida, corriendo, saltando, subiéndose a los columpios... Poco a poco empieza a relacionarse más con la gente, tanto adultos como niños. Cuando su padre o yo estamos fuera un rato y volvemos a casa (o viceversa), viene corriendo a abrazarnos gritando mamá o papá, emocionado.

Es un niño estupendo con un genio incipiente que nos va a dar a todos más de un disgusto. Al menos es lo que parece ahora, quién sabe dentro de un año...

Pero lo mejor de todo es que esto no para. Cuando pienso que dentro de un año estará empezando el cole me muero de miedo, pero a la vez me alegro porque sé que Leo seguirá creciendo, aprendiendo, sintiendo y viviendo cada vez más cosas, y nosotros con él. Sé que quiero acompañarle por muy difícil que sea hacerlo, y sé que me va a hacer inmensamente feliz. Es increíble comprobar que no me rindo, yo que soy la persona con menos fuerza de voluntad del mundo, yo que lo dejo todo a medias, yo que si algo se tuerce y veo que me va a complicar la vida, lo dejo atrás y cambio de tercio... ¡Pues no me rindo y no me cuesta no rendirme! Esto no es otra cosa que amor. Lo reconozco bien porque lo llevo experimentando 19 años con mi chico... Con él tampoco me rindo (ni él conmigo), y por eso tenemos la historia de amor más hermosa del mundo.

Creí que nunca viviría nada igual, y voy por el camino de empezarlo por tercera vez con mi niña.

Qué pasada.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

22 semanas. Ambivalencia

Estar embarazada y tener un pequeño de 23 meses está siendo agotador para mí. Sobretodo teniendo en cuenta cómo es Leo. Leo es especial (como todos los niños, ¿verdad?), es muy sensible, es encantador y le adoro. Tiene la piel suave y estaría acariciándole y besándole todo el día (si se dejara). Corre, se ríe, le chifla jugar a la pelota, es inteligente, te escucha y te entiende (cuando quiere) y poquito a poco está dejando de ser un bebé. Es dulce y precioso. 

Y también, creo, muy muy demandante, cabezota como él solo, inconformista (por no decir un poco caprichoso) e incansable. 

Seguimos con las rabietas. Sigue tirando la comida al suelo continuamente. No acepta un no por respuesta nunca. Llora y llora, se queja, no se rinde, por todo, cada vez más fuerte... No es fácil distraerle, no es fácil calmarle. Muerde, araña, pega, y te dice que quiere hacerlo, sin estar enfadado necesariamente. 

Y a mí se me acaba la paciencia más a menudo que antes. Supongo que no es sólo el embarazo, supongo que es la etapa que nos toca vivir. Y me paso el día de mal humor, de buen humor; de mal humor, de buen humor. Y pienso que mi hijo es maravilloso y que además es comprensivo, y que realmente nos pone las cosas fáciles muchas veces, y pienso también que es insoportable y un coñazo y que no es normal lo que hace. 

Sé que sí lo es, sé que es normal, pero también sé (intuyo, al menos) que es de los "dificilillos". Tiene carácter, mal genio, es un niño introvertido, muy apegado a sus referentes más cercanos, no es el típico "bebé explorador", no habla mucho... y supongo que todo lo que lleva dentro tiene que salir de alguna forma fuera.

Yo cambio de ánimo 20 veces al día, y al final voy improvisando mientras mi pequeñaja se mueve dentro de mí y me recuerda que ella también existe. Y es como si no pudiera pensar en ella sin pensar también en su hermano. No puedo dedicarle mis pensamientos en exclusiva porque siempre pienso en ella en relación a Leo: cómo reaccionará cuando la vea, cómo llevará los celos, cómo me apañaré con los dos, qué hará él cuando me vea darle teta... Mi niña va a venir al mundo de la mano de su hermano mayor y siento que ni siquiera es una personita independiente, existe en relación a Leo.

Sé que esto cambiará cuando la vea, cuando por fin la tenga en mis brazos. Pero ahora es así como me siento. Es un embarazo tan diferente al primero que aún ni lo asimilo, me da la sensación de que se me escapa de entre mis manos sin haberlo tenido nunca. Es otra la que está embaraza, yo voy a tener una niña.

Me ayudaría que tuviera nombre ya. Estamos en ello. 

Luego están las hormonas, que definitivamente se han instalado del todo. Estoy sensible hasta la médula y supongo que en gran parte son ellas las que escriben esto. En fin. Soy inmensamente feliz cuando pienso en mis dos hijos y me dan ganas de llorar en cuanto asoman los "terribles dos" a la hora de la cena, del parque o de irse a dormir. 

Tampoco ayuda que sigo sintiéndome muy cansada. Mi niño me reclama todo el rato, no juega solo aún y tampoco se entretiene con cualquier cosa aunque esté yo con él. ¡Y no puedo seguir su ritmo! Para esto sí me siento embarazada... Mierda.

Y así vamos desde hace unas semanas. El padre haciendo lo que puede también, y animándonos y apoyándonos mutuamente.

Eso sí, cuando veo a mi pequeño reirse, sonreir, venir corriendo a abrazarme, divertirse, asombrarse, parlotear... En esos momentos me lo comería y sé que no cambiaría nada, nada de lo que nos está pasando desde hace más de dos años ya.

Seguiremos informando. ;-)

Por cierto, la hermanita está perfecta, la eco de las 20 semanas correcta y sin nada que destacar. Allí terminaron de confirmarnos que era una niña.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Y seguimos repartiendo premios...

Sólo a mí se me ocurre empezar a escribir un post a la 1 de la madrugada. ¿Qué apostáis a que no puedo terminarlo? Os doy una pista: Leo no ha dormido del tirón en sus 22 meses de vida.

El caso es que hace poco me han dado 2 premios más. ¡Mi blog tiene menos de dos meses de vida y ya tengo 4 premios! Estoy comprobando que esto de los premios blogueros es todo un vicio, ¿eeeh?

Os digo el primero: Liebster Blog.


¿Pero no es el mismo que el Liebster Award? Pues no, éste es más autóctono, parece. Me lo regala Mamamusu desde su blog. No lo conocía y me encanta que ella se haya fijado en mí. Sé que hay que pasarlo a 5 blogs, lo que no tengo muy claro es si tienen que tener menos de 200 seguidores, supongo que sí. A mí me da que este premio lo tiene todo quisqui, y yo lo que tengo últimamente es muy poco tiempo, así que lo voy a dejar en 1 blog, de los últimos que he descubierto: Creciendo con Emma. Poco os puedo decir excepto que he leído algunas entradas y me ha caído muy bien, así que me la apunto para seguirla. Por cierto, en la última propone algo muy muy interesante para las mamás de Madrid...

El segundo es, atención: Por anteponer la diversión a la competitividad. Por tu naturalidad. ¡Gracias!


¡Toma ya! No tengo palabras, estos premios blogueros son la leche, ¡jajaja! Me lo regala Lo que nadie me dijo, un blog que me encanta y que he descubierto hace poco gracias a otra cadena de premios anterior. Éste hay que pasarlo a 10 blogs con menos de 200 seguidores.

10 blogs son demasiados para mí. No quiero entregarlos a ciegas ni tampoco a los que ya tengan este premio, así que me permito la licencia de quitarle el cero al diez y dejarlo en... ¡de nuevo 1 solo blog!

Y elijo el blog de Un saltamontes en mi cama, porque me encanta, tanto en su forma como en su contenido. Está lleno de buenísimas ideas para divertirse con los peques y desde luego desprende naturalidad, así que le va perfecto. (Y creo que no lo tiene).

Sólo añadir que me ha dado tiempo a escribir la entrada completa, ahora queda publicarla con los enlaces correspondientes. Dejaremos para mañana lo de avisar a las premiadas. ¡Besos!

miércoles, 29 de agosto de 2012

Cambios en nuestra lactancia

Ya conté aquí que Leo había empezado a morderme. Por desgracia sigue haciéndolo, aunque no muy a menudo. Es curioso pero sé exactamente cuándo va a hacerlo, y me doy cuenta casi desde el principio de la toma. Él sabe perfertamente que no está bien, yo le regaño y me enfado mucho, le digo que ya no va a haber más teta si sigue haciéndolo, y parece que va aceptando poco a poco la regañina, con cara de resignación. Últimamente, siempre por las noches cuando le estoy durmiendo, si me muerde y le regaño deja pasar un tiempo y después me la vuelve a pedir tímidamente y especificándome que lo va a hacer “despacio”. Él dice “despacio” con un gesto de la mano, como si dijera “párate”, y la mueve lentamente. Me aguanto la risa porque además pone cara de arrepentido... ¡la madre que le trajo!

No sé por qué lo hace, me preocupa un poco pero ya lo he asumido. Aparte de que no lo hace a menudo, también está el factor de que ya casi no mama, ni mordiendo ni sin morder. Esto me preocupa más.

Creo que ocurre desde hace unas tres semanas. Quizá mi producción ha bajado en picado. Yo no siento que él mame igual que siempre, no le oigo ya tragar, no oigo nada líquido, sólo succión “vacía”. Me aprieto y no sale nada, la última vez una gotita, hace una semana o poco más.

De repente me di cuenta de que mi hijo no mamaba por el día. ¡Con lo que ha sido él! Y así lleva estas tres últimas semanas, mamando en la camita para dormirse, eso sí, a eso de momento no renuncia. Y también en los despertares. Y nada más. Para la siesta tampoco. De vez en cuando me pide teta, se la saco, él se acerca, abre la boca, y antes de hacer succión se aparta riendo, como diciendo: ¡que noooooo! Nos reímos los dos y me la guardo. La única excepción ha sido hace unos días, que ha estado malito con fiebre y sí me ha pedido varias veces durante el día, pero apenas mamaba unos segundos y ya.

Además, ha empezado a despertarse menos por las noches, casi siempre tiene 2 despertares, como mucho 3. ¡Aguanta 5, 6, 7 horas seguidas! ¿Tendrá algo que ver? Cuando se despierta sigue pidiéndome teta, así que lo dudo un poco. Siempre he estado bastante convencida de que los despertares de mi hijo no eran para mamar. Me inclino más a pensar que es casualidad, que su sueño va madurando poco a poco (de hecho Leo ha ido evolucionando de una forma muy muy progresiva y lenta en este aspecto, a lo largo de los meses). Pero no sé, quizá sí tenga que ver algo.

Ahora se toma un vaso de leche al acostarse, me lo llevo a la cama junto con el agua (pide leche y teta, o teta y leche); y otro en su segundo despertar, entre las 6 y las 7 de la mañana normalmente (a veces más tarde, a veces más temprano). A veces se toma los dos vasos enteros y a veces sólo la mitad de cada uno, pero antes de esto Leo no tomaba nada de leche. Nada de lacteos. Es increible cómo está cambiando todo esto en menos de un mes.

Me da mucha pena que se destete, aunque yo apuesto por que no lo hará. Pero esta noche me ha dado por recordar cuando mamaba y yo le oía tragar, cuando se concentraba en tomar leche y leche y leche... y yo le miraba y le acariciaba. Y me pedía 8 veces al día y eso me tranquilizaba un montón porque del resto de comida sólo picoteaba (por cierto, esto no ha cambiado mucho, la verdad). Y ahora, estando incluso malito, apenas le ha dado un par de chupaditas a la teta...

Si pienso en el tandem me agobio un poco, pero si pienso en que dentro de poco mi niño no me va a pedir teta más, me entran ganas de llorar.

domingo, 26 de agosto de 2012

18 semanas y rabietas

Escribo sin saber aún qué voy a escribir. No estoy de muy buen humor ahora mismo. Estoy en la semana 18 de embarazo, concretamente en la 18+4. Ya noto a mi niña todas las noches cuando me acuesto en la cama, mi tripa sigue creciendo y mis molestias también. Tengo dolor de espalda, en las lumbares. También algo de ciática, o quizá sea dolor pélvico, no sé, me duele en los glúteos pero no en las piernas. Me duelen los muslos cuando me tumbo de lado y me duele la cadera por el lado izquirdo, lo noto de repente, como si se desencajara algo...

Los pinchazos en los glúteos creo que es lo peor, a veces me hace cojear o andar a cámara lenta. Son como latigazos. Con Leo me pasó, pero sólo en el tercer trimestre.

Para colmo, tengo algo en la rodilla derecha que me está matando. No tengo ni idea de qué es ni de si tiene que ver con el embarazo, pero me duele mucho, sobretodo cuando llevo sin articular la rodilla un ratito. Es un dolor bastante jodido justo debajo del hueso de la rodilla. Voy a llamar al médico porque son ya muchos días y me mosquea, hoy iba cojeando y no puedo subier escaleras con esa pierna, porque me duele mucho al cargar peso con ella. Imagináos el bien que me hace coger a Leo en brazos, pero es que lo reclama muchísimo y no acepta un no por respuesta.

Eso sin contar con los dolores de cabeza. Llevo unos días pasables, pero hasta hace poco, a diario me dolía y me retumbaba si me levantaba o agachaba.

Sigo sintiéndome "pesada", oxidada, como si fuera una viejecilla. Sé que tengo que moverme más y hacer ejercicio, pero este maldito calor me aplasta. A ver si en septiempre empiezo a tomármelo en serio, tengo muchas ganas de ir a nadar, sé que me va a hacer mucho bien.

Por otro lado Leo está con una rabieta detrás de otra. Digo rabieta, pero me temo que ni siquiera llega a eso, son "simples" berrinches (bueno, simples simples.... ¡¡Uf!!). Pero puede haber 20 en un día. Llora, grita, corre desesperado... por cualquier cosa. Si su padre le coge y le hace el avión 80 veces y él se descojona de risa, cuando su padre para, ya sin sentir los brazos... Rabieta. Si ve el móvil y pide ver vídeos por enésima vez y le digo que no... Rabieta. Si le digo que deje de tocar la tele 20 veces y al final le aparto para que no la tire al suelo... Rabieta. Rabieta cuando su padre le baña, de repente no lo soporta; rabieta por todo. ¡Por todo! Ah, y también nos pega. Nos pega, nos muerde, nos pellizca, nos tira del pelo...

Y eso nos agota a su padre y a mí. No podemos mantener la calma en tooodas esas ocasiones. Y al final siempre cae algún grito, alguna mala contestación que sobra, alguna discusión entre él y yo. Y vamos tirando, pero joder... Creo que no para aguantar durante meses así. Y esto es sólo el principio, supongo.

Yo estoy harta de reñir a Leo, de estar enfadada, de no poder disfrutar de él ni de mi pareja.

Esoy deseando que acabe el verano y el calor. Por primera vez en mi vida. A ver si el otoño nos trae cambios.

sábado, 18 de agosto de 2012

Momentos

Son las ocho y media de la tarde. Ola de calor en Madrid. La casa está sellada aunque el sol se cuela a través de la persiana. Mi casa está orientada al suroeste y no tenemos cortinas.

El ventilador en posición 2 frente a mí. Estoy tirada en la chaiselongue con una coca-cola sin cafeína que voy apoyando en la trona. Llevo una hora leyendo, en silencio. ¡En silencio!

Al peque se lo han llevado los abuelos al centro comercial, a pasar un par de horas. Allí no hace calor y además a última hora activan unos chorros de agua en la entrada para que los niños jueguen, salten, se empapen... Nos lo traen a las 21:30 h.

La verdad es que estos momentos de paz no son muy habituales desde que nació Leo, y es curioso, pero no los echo demasiado de menos. Hasta que me encuentro con ellos de bruces y parece que me acuerdo de lo que eran y me digo: "¡aahhh claro, qué lujo!". Me encanta estar con mi hijo, disfruto mucho de mi tiempo con él y no suelo tener la necesidad de “desconectar”. Creo que tengo suerte, quiero estar todo el rato con él pero cuando no lo estoy también estoy a gusto. Sobretodo porque cuando no estoy con él es porque está con los abuelos (o con su padre, claro). Sé que se lo pasa genial con ellos, está cerquita y le veo irse contentísimo mientras me dice adiós con la manita. Supongo también que esto es así porque puedo permitirme estar con él a todas horas. Si tuviera que trabajar, llegaría corriendo a casa para aprovechar las 4 ó 5 horitas como mucho que podría pasar con él cada día y creo que no llevaría tan bien el tener que compartirlo con el resto de la familia.

También influye que el papi está con nosotros casi a tiempo completo (y ahora sin el casi, que está de vacaciones). La crianza es mucho más placentera si no estás sola todo el día, si cuando te sientes desbordada puedes apoyarte en el otro. Todo se hace más fácil, menos cuesta arriba, te relajas más. Mi chico y yo nos turnamos a veces y mientras yo juego con Leo en el salón él se va al estudio, o yo me quedo reposando después de comer mientras él le duerme y recoge la cocina después. Y siempre hay tiempo para una ducha.

Sé que esto no será así siempre; estos momentos a solas, sabiendo además que tienes todo el tiempo del mundo para estar con tu pequeño, son geniales. De momento todo cambiará en enero cuando llegue una lindísima muñequita a trastocarlo todo... ¡¡y lo estoy deseando!! Ójala todos los cambios supusieran tanta felicidad añadida.

Por cierto, estoy ya de 17 semanas y empiezo a notarla un poco... ¡qué ganas de que se muestre más!

jueves, 16 de agosto de 2012

Mi segundo premio (y entrega de los dos)

Mi querida Yo Misma, de Tres amores y un millón de aficiones, me entregó hace unos días el premio Liebster Award, y tenía pendiente seguir la cadena. Tengo que entregarlo a 5 blogs que tengan menos de 200 seguidores y que yo piense que merecen ser conocidos por todo el mundo. Éste era el premio:


Una terapeuta temprana: lo he descubierto hace poco y es todo un filón de información y documentación interesantísima. Además es un blog lleno de cariño hacia todos los niños y niñas.

Disfrutando juntos: amable, entretenido, apasionado... Hacía algún tiempo que lo tenia abandonado, pero este premio me da la oportunidad de recuperarlo y ponerlo en mi lista de blogs. Merece la pena!

Los ojitos que brillan: creo que fue uno de los primeros que descubrí, mucho antes de tener yo mi propio blog. Es inteligente y está lleno de activismo y amor.

La sonrisa de la Anjana: lo acabo de descubrir y me he dejado llevar por su post de La crisis de la leche y la represión patriarcal. Me encanta leer a mamás defendiendo con uñas y dientes su derecho y el de sus hijos a la lactancia materna y tumbando falsos mitos y gilipolleces varias.

El arte de ser madre: es muy original La autora es la misma que la del blog Anda, si es mamá - una mamá bloguera. Es un compendio de pinturas relacionadas con la maternidad. ¡Lleva recopilados nada más y nada menos que 147 cuadros sólo de lactancia materna! Como ella misma dice: “Este blog es un homenaje a todas las madres. Que la maternidad, gracias a grandes genios haya sido elevada a la categoría de arte, debe ser por algo. ¿Será porque ser madre es también un arte?”


El segundo premio me lo ha dado también Yo Misma. La conocí a través de Red Canguro y es dulce y divertida como ella sola. Sonríe tanto como el emoticono del premio. Es éste:


Tengo que responder a 5 preguntas que ella me hace. Después, yo lanzo otras 5 preguntas a otros 5 blogs. Sus preguntas son:

¿Cuál es tu mayor virtud?
Se me da muy mal lo de hablar de mis virtudes. No es falsa modestia, ¿eh? Que yo me quiero mucho, ¡jajaja! Quizá... tomarme las cosas (importantes) con filosofía y calma y ser optimista. Supongo. No sé. Bueno, paso a la siguiente!

¿Cuál es tu plan ideal?
Ahora en verano, uno que incluya una playa paradisíaca y desierta, donde disfrutar en pelotillas con mis dos chicos, el pequeño y el grande. Por ejemplo.

Una ciudad que quieras conocer y por qué.
¡Muchas! Le tengo ganas a Praga, me parece romántica y acogedora.

Tu comida preferida.
Pizza, pasta, codillo, cocido...

La película que no te cansas de ver.
Se me ocurre Beautiful Girls, pero seguro que hay muchas más.

Y ahora mis preguntas y mi elección de blogs. Es difícil porque soy muy nueva en esto de los blogs y no conozco a nadie en persona. Por eso voy a elegir sólo 3 que me han ayudado mucho (aún sin saberlo sus autoras) y me acompañan desde hace tiempo. Siento si me salto las reglas, porque en teoría deben ser 5, pero bueno, contad con que le devuelvo el premio también a Yo Misma y se lo envío a Casa en Construcción, aunque Yo Misma lo haya hecho ya y no valga. Ellas son dos de mis chicas de RC y les tengo mucho cariño.

Tenemos tetas: conocí a Ileana en un maravilloso foro lleno de amigas y tolerancia, lo tiene linkado en su blog. La admiro por cómo escribe y por todo lo que sabe, y aunque en persona no la conozco, !es todo amor!

Una maternidad diferente: me he leído absolutamente todos sus post sobre lactancia materna. Es un pozo de sabiduría sobre el tema. Además, en su blog encontré también mucha información sobre el Baby Led Weaning. Es objetiva, rigurosa ¡y me encantaría conocerla!

Con la teta hemos topado: uno de los primeros blogs “lactivistas” que descubrí. Divertida, con las ideas claras, me encanta leerla y sentirme tan identificada con ella.

Mis preguntas:

¿Por qué creaste tu blog?
¿Qué te gustaría hacer que nunca has hecho?
Lo más difícil de tu maternidad ha sido...
Algo que odias.
¡Algo que te encanta!

Os visitaré para avisaros a todas y seguiré leyéndoos. ¡Saludos!

martes, 14 de agosto de 2012

Nuestro tiempo

Hoy una entrada de Mamá sin complejos me ha dado ganas de escribir sobre esto. Su post se llama Sin prisa pero sin pausa y habla del “slow parenting”. No conocía este término aplicado a la crianza, sí había oído hablar sobre el movimiento en general, una forma de ver la vida más calmada, relacionada con un menor consumismo también. Recuerdo haber visto algún documental.

El caso es que sin saber apenas nada sobre esto, me atrae bastante. En mi caso sin radicalismos, adaptándome a las circunstancias “convencionales” de mi vida... pero me siento bastante identificada.

Desde bastantes años antes de quedarme embarazada tenía claro que me cogería una excedencia para cuidar de mi hijo el mayor tiempo posible. Sabía que los pequeños ahorros que iba reuniendo eran en parte para eso. Esto también es así porque para mí el trabajo nunca ha supuesto nada más que una manera de ganarse el pan, como se suele decir, y realmente no tengo casi ambiciones laborales. Tengo preferencias, por supuesto, pero lo más importante para mí siempre ha sido tener un trabajo que me permita disfrutar de tiempo libre, aunque eso suponga tener menos dinero.

Ahora, 21 meses después de parir, no me arrepiento nada de haber tomado esa decisión. Cogí 6 meses de excedencia, la amplié 4 meses más y al volver a mi trabajo me echaron (con un despido improcedente, mis 2 años de paro y una buena indemnización, llegando a un acuerdo conmigo, claro, porque tanto ellos como yo sabíamos que no podían despedirme). Unos meses después hubo un ERE en mi empresa que dejó fuera al 25% de la plantilla con unas condiciones mucho peores que las de mi despido. Cada día lo pienso y todavía alucino con la suerte que tuve al recibir esa “oferta” y lo bien que hice aceptándola, pensando en que podría dedicarme a Leo sin prisas.

Ahora disfruto de mi hijo las 24 horas del día. El papi trabaja pero sólo unas horas por la mañana y desde casa, así que imagináos lo fácil que está siendo todo para nosotros. Fácil con matices, claro, que criar a un bebé a tiempo completo y más como Leo, tan apegado y demandante, no es nada sencillo y sí muy cansado.

Nuestra vida no tiene muchos lujos, pero tengo que decir que tampoco nos privamos de nada que realmente queramos, y eso que nuestros ingresos no son altos ni demasiado estables. Cada familia sabe qué quiere y cómo lo quiere, nosotros hemos establecido nuestras prioridades y entre ellas no está tener una casa en propiedad, ni grandes vacaciones, ni coche, ni una decoración exquisita en casa, ni cosas compradas a plazos, ni tarjetas de crédito... En fin, que se puede vivir muy bien con poco dinero. Incluso ahora me estoy sacando el carnet de conducir y mi idea es comprarme un coche con parte del dinero de mi indemnización; esto sí va ser un gran gasto, pero muy meditado.

A veces alucino cuando algunas personas dicen que quieren tener hijos pero que no pueden permitírselo, teniendo dos trabajos en los que ganan más de 1.000 €. Eso sí, cogen 3 aviones al año para irse de vacaciones y gastan cientos de euros al mes en su ocio personal. No me parece mal, sólo me sorprende que afirmen que quieren pero no pueden tener hijos. Yo he elegido “gastar” tiempo en mi hijo, criarle, acompañarle, educarle y amarle con calma, sin prisas. No va a una escuela infantil bilingüe, no madruga, no me obsesiono porque “sociabilice” con otros niños, él vive mi vida y mi vida no incluye las prisas. Eso sí, momentos de estrés hay, ¡que soy madre de un bebé de 21 meses y tengo otro en la barriga desde hace 17 semanas!

Juntos leemos cuentos, vamos a la piscina, al parque, nos perseguimos, jugamos a la pelota, vemos vídeos infantiles en el ordenador, nos hacemos pedorretas, él nos ve cocinar, nos ve comer y come con nosotros, nos acompaña cuando vamos a tomar algo a una terraza, cuando vemos a nuestros amigos. Espera pacientemente (o no) cuando estamos en la ducha. Se viene a comprar el pan y protesta cuando queremos ver algo en la tele o leer algo durante 5 minutos y él se aburre. Nos enfrentamos a las rabietas y va aprendiendo que mamá y papá no pueden estar toooodo el rato hacíendole caso, poco a poco va jugando solo más tiempo (5 minutos... ¿cada 2 días?), se acostumbra a las rutinas de su propia familia, tenemos tiempo para enfadarnos y reconciliarnos 3 ó 4 veces al día, se despierta y nos despierta, se duerme mientras le canto... Disfrutamos del lujo de vivir los tres juntos muchas horas al día, y de ocuparnos los dos de nuestro hijo, pudiendo además turnarnos para tener nuestros ratitos de ocio en soledad, o realizando las tareas menos agradables mientras el otro se ocupa del peque.

El tiempo es indispensable para esto, y creo que también no estar sola. Teniendo estas dos cosas, es posible criar “en slow”. Otro gallo cantará, como decía Belén en su post, cuando nuestro hijo se incorpore al maravilloso sistema en el que sobrevivimos... O cuando yo tenga que buscarme un curro de mierda por 4 duros que me robe 10 horas al día (¡buf, espero de verdad conseguir uno que me robe unas cuantas menos!) De momento, y por suerte, estoy en una especie de “stand by” maravilloso. Me queda (al menos) un año, y voy a seguir disfrutándolo al máximo.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Sin (casi) palabras

Para despedir la Semana mundial de la lactancia materna, os dejo unas fotos de grandes momentos con mi hijo a los 2, 5 y 17 meses. ¡Feliz lactancia!





viernes, 3 de agosto de 2012

Buenas noticias

El miércoles tuve la ecografía de las 15 semanas acordada con la gine, previa a mi posible amniocentesis. Estuvimos (mi chico y yo) una hora y media en el hospital esperando a entrar. Todos los nervios que no había tenido antes aparecieron de repente, estaba preocupadísima porque nadie salía a recoger mi volante. Menos mal que mi chico mantuvo la calma mucho mejor que yo y se fue a la puerta de la consulta a pillar por banda a alguna enfermera y encasquetarle el dichoso papelito. Unos minutos después nos llamaban.

Primera sorpresa: los análisis de la curva larga que me había tenido que hacer el día anterior (me llamaron para decirme que el O'Sullivan había salido alto) eran correctos. ¡No podía creérmelo! ¡Dos meses y medio más de libertad! Eso sí, en octubre me hacen directamente la larga, no paso por el O'Sullivan (mucho mejor, la verdad).

Ecografía: la ginecóloga era un encanto, una distinta a la de la anterior visita pero igual de maja. Nos iba diciendo todos los marcadores que veía e iba añadiendo en cada uno de ellos que todo estaba bien. Así desde la cabecita hasta los pies. No hay nada que indique que no sea un feto perfectamente sano y normal. Ya antes de tumbarme me preguntó qué había decidido, yo le dije que no quería hacerme la prueba a no ser que se viera algo “chungo” en la ecografía. Creo que estaba bastante de acuerdo con mi decisión, nos habló de que realmente las probabilidades eran muy bajas, aunque oficialmente a la cifra que nos había salido se le llamara “riesgo alto”. Que la ecografía era perfecta una vez más, y que todo podía pasar, que había Dawns que de hecho pasaban inadvertidos durante todo el embarazo, pero que teniamos “todas las de ganar”.

A medida que ella iba nombrando todo lo que veía en la eco yo me iba relajando cada vez más... ¡Qué sensación! Empecé a hablar con mi bichito y decirle que lo estaba haciendo muy bien, que yo sabía que él estaba sano y que le quería mucho. Al final de la eco ella dijo:

-pues ya está.
-¿ y el sexo? -pregunté.
-¿queréis saberlo?
-¡sí! -dijo el padre.

¿Sí? ¡Llevaba la mitad de la eco sin poder pensar en otra cosa, jajaja! Supongo que le hubiera apetecido más decir algo como: ¿que si queremos saberlo? ¡¡¡Pues claro!!! Suéltalo!! ¡¡¡YAAA!!!

Y entonces ella dijo que parecía una niña, que había muchas posibilidades. Y el papi volvió a decir:
-¿¿muchas posibilidades??

Creo que aquí ella ya pilló la desesperación y dijo sonriendo:
-sí, claro, es muy probable, no se le ve la cola por ningún lado.

Así que salimos de la consulta sonrientes nosotros también, todo había salido perfecto, nuestra nena (¡nena!) estaba bien, yo sin diabetes, el padre flipando... y yo, pues muy contenta también por el sexo; aunque me daba igual niño o niña, lo de ser madre de una niña es algo emocionante después de tener un niño. Y antes de estar embarazada por primera vez, siempre quise tener una niña.

¡Y a ver si puedo empezar ya a disfrutar un poco más de este embarazo! Dentro de un mes la eco de las 20 semanas, y nosotros ya estamos empezando a buscar nombres... ¡Espero que no nos den la sorpresa y le crezca cola de repente!