jueves, 26 de febrero de 2015

Hablando sobre el espacio, la gravedad y las farolas



A mi hijo le gusta darme besos muy apretados, de esos que hacen daño (¡y mucho, a veces!). Le gusta que yo se los dé también así.

Me pide muchos besos y me da muchos besos. También abrazos. Me amenaza cuando se enfada diciéndome: ¡no voy a estar nunca más contigo! Me quiere, me necesita, le gusto. Dice que quiere dormir siempre conmigo. Hoy me ha dicho que estoy muy guapa.

Llora si le grito, si le hablo con desprecio o dureza, si le pilla de sorpresa mi hastío. Es tan inocente... No hay atisbo de mala intención en nada de lo que hace. Sí hay ganas de jugar, de desfogar, de liberar todo eso que guarda dentro de sí mismo, demasiado adentro para mi gusto.

Es muy sensible y si estamos mal él está mal, es decir, se porta mal. Llama nuestra atención y nos avisa a su manera: estoy aquí, ni se os ocurra dejar de ser como sois siempre, no me gusta lo que percibo, voy a ver si reaccionáis... 

Me cuenta cada vez más cosas, lo que aprende en el colegio, lo que piensa. Pregunta, corre, ríe, quiere volar. Es feliz. Creo que lo es. 

Llora muy fuerte cuando llora. Y muy de repente. Y con mucho sentimiento. Igual que su hermana; los dos exprimen el llanto a conciencia.

A su hermana la quiere de una forma especial y única. No duda en quitarle un juguete o en hacerla de rabiar, pero hace muchas concesiones con ella y la busca para jugar. Y cada noche llora porque ella no quiere darle un beso y un abrazo al irse a dormir (cosas de la reafirmación de los dos años, y también que a ella le gustan suaves, los besos).

Se enfada, se frustra, se pone rebelde y hay un momento de no retorno en el que la rabia le domina. A veces le pasa lo mismo pero en una especie de subidón de adrenalina y risas locas.

Se expresa con el lenguaje de forma muy correcta, a sus cuatro años ya habla muy bien. Razona, deduce, bromea, pregunta... Ahora usa mucho el "ójala...", pero el pretérito imperfecto de subjuntivo se le resiste aún. Hablamos, conversamos, sobre inquietudes y reflexiones de lo más variopintas.

Se sorprende y se excita con las cosas más cotidianas, salta de alegría (literalmente y muchas veces seguidas). ¿A qué edad dejan de saltar de alegría los niños? Espero que muy tarde.

Se divierte tanto, de forma tan fácil... con las cosas más sencillas. Y se aburre tanto a la vez... cuando lo único que quiere es estar con su papá y con su mamá, que juguemos con él, que tomemos la iniciativa, que le llevemos y le traigamos...

Es tan niño, y tan mayor a la vez... Avanza tan rápido... Siempre he dicho que es un niño de ritmo lento, pero de repente pienso en todas las cosas que han cambiado en el último año, en todo lo que ha evolucionado, y es sorprendente.

Su amor es tan, tan incondicional que me siento en deuda con él todo el rato. Sólo quiero cuidarte, sólo quiero que seas feliz.

Gracias por darme tanto. Por enseñarme tanto, cada día.

8 comentarios:

  1. Ay que bonito!!!! me he emocionado muchísimo, sabes por qué!!?? porque me recuerda mucho a UBMF, tienen muchas cosas en común y creo que conforme crezca un poquito más aun. Esa sensibilidad, ese amor que desprende, ese ritmo lento que comentas y que a veces parece acelerarse...Enhorabuena por tenerle.

    Precioso post. Besossssssss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, me gusta que te haya gustado! :-) Más besos para ti y tu maravilloso niño de ritmo lento ;-)

      Eliminar
  2. Precioso. Disfruta cada momento, porque es mágico.

    Un niño que dice mucho ojalá es un niño que sueña y un niño de ritmo lento es un niño que disfruta cada instante y evoluciona a su ritmo. ¡Así debería ser!

    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bonito lo que has dicho Mayte, tienes toda la razón. Me gusta pensar que Leo sueña, imagina, proyecta... Él evoluciona a su ritmo en la medida en la que la vida se lo permite. El cole es el cole, ya sabes... En casa respetamos más sus ritmos y su personalidad, pero a veces fallamos también, es difícil quitarse de encima todo lo que llevamos grabado a fuego desde hace generaciones... Es difícil liberarse.
      Un besazo.

      Eliminar
  3. Que post más bonito, más sentío¡¡¡
    Y cómo va evolucionando Leo... A veces da pena que se hagan mayores tan de repente, que dejen de saltar de alegría y de reirse de cualquier tontería de forma tan estridente.
    Por cierto, ya que eres una experta podías escribir sobre rabietas y como actuar. Estamos en pleno apogeo y a veces me superan.
    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te refieres a cómo actuar para no cortarte las venas, verdad?? Jajaja!! Sí, por desgracia soy experta en rabietas y en agotar tooda mi paciencia cada dos por tres!
      Bueno, en serio, es un post pendiente desde hace mucho. A ver si lo escribo pronto, ok! :-) Besos!

      Eliminar
  4. Cuanto amor,que bonito lo que has descrito de tu hijo! que intensos son con las emociones,Izaro no llora muy a menudo pero cuando lo hace se le oye,y cuando se rie mucho tambien porque grita jejeje,me ha hecho gracia lo de los besos apretados y que bien que te diga que estas guapa! :-) y ojala sigan saltando mucho mucho!
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Sonia! Si es que son unos soles! Más besos para ti! (apretados no, que hacen daño, jajaja!).

      Eliminar