jueves, 4 de septiembre de 2014

Una pequeña reivindicación y una semi-despedida




Septiembre. Se acaba la libertad. Se acaba vivir al margen.

Leo comenzará a levantarse a las 8. Colegio mañana y tarde. Horarios, rutinas. Comer a deshoras para volver luego a clase (mierda de jornada partida). Se acaba la calma, la bella anarquía.

Yo empiezo a buscar curro otra vez. Entro otra vez en la rueda, en el aro. ¿Cuánto tiempo me perderé cada día de mis hijos, de mi vida, de mi felicidad? Ha estado bien vivir dedicada a mi familia, a mis bebés. Siento que he hecho lo que tenía que hacer, que he aprovechado las circunstancias y que he disfrutado de un lujo que muchos ni siquiera ven como algo positivo. Ellos se lo pierden.

Para muchos lo que yo he hecho es incluso irresponsable. Porque, ¿cómo he osado a no buscar trabajo? ¿A embarazarme de nuevo y vivir de acuerdo a los tiempos de mis hijos? ¿A cobrar una prestación mientras “no hacía nada” y cada vez teníamos menos dinero? (¡ja, me río yo de ese “no hacer nada!”). Incluso mi excedencia de 10 meses para muchos fue una pérdida de tiempo y, una vez más, de dinero...Ay el dinero...

Síntoma de que esta sociedad no valora (ni en términos económicos ni de mérito) los cuidados... y si son a bebés menos aún, que para eso hay guarderías. Y los papás y las mamás a trabajar fuera de casa, a ganarse el pan (poco) con el sudor de su frente (muuucho), a dejarse dar por culo por cuatro duros de mierda, ¡y sin quejarse, que las cosas están muy mal! ¡Da gracias por tener un trabajo!

Pues no. No doy gracias. No me da la gana dar gracias por eso. Faltaría más.

Espero encontrar algo pronto, claro. Porque lo necesitamos. Espero poder elegir algo mínimamente decente, como por ejemplo... trabajar 8 horas en jornada partida a una hora de casa por menos de... ¿800 €? Quizá ahí podría quejarme un poquito? ¿O sólo si me obligan a hacer horas extra al mismo precio que las normales? No, espera, mejor que me obliguen a hacerlas gratis, así podré decir de vez en cuando que es injusto sin que salga la frase de marras.

Pues yo he decidido ser optimista (o ingénua) y buscar algo que me permita conciliar un poquito. Que me permita vivir, que me permita ver aunque sea un atisbo de esa libertad de la que llevo disfrutando 4 años y que recordaré toda mi vida como algo maravilloso.

Y sí, lo digo, currar es una mierda (¡oh dios mío lo que ha dicho!). Hay tantísimas cosas interesantes que hacer en esta vida que me da pena la gente que dice: “¿y si no curras qué haces todo el día? A mí se me caería la casa encima”. Pues qué poquita imaginación y capacidad de disfrutar. “¿Y no te agobia estar tooodo el día con los niños?” Sí, claro, ¿quién ha dicho que yo quiera eso? Lo que no quiero es tener que trabajar en los únicos ratos en los que estoy sin niños.

Pero hay que hacerlo, sí. No espero que nadie me regale dinero, ni siquiera juego a la lotería (quizá debería empezar). Hay que ganarse la vida. Pero es una pena que para ello tengas que sacrificarlo todo. Es una pena no poder aspirar a algo que te permita compatibilizar otras cosas con el curro. Lo que se dice que es trabajar para vivir, y no vivir para trabajar. Y yo he decidido que voy a aspirar a eso, a lo primero, aunque sé que cualquier cosa me parecerá mucho tiempo sin mis hijos, aunque sé que yo debería poder estar con ellos. Que es lo que quiero.

¿Conseguiré estar a las 16 h. para recoger a Leo del colegio? ¿Conseguiré no ir por la vida arrastrada por los madrugones después de una noche con 5 despertares de Nora? Muchos me diréis... ¡Noooo, es que lo quieres todo! Sí, lo quiero todo. Al menos me queda eso, quererlo. Eso sí, con pagar las facturas me vale, otros no se conforman con tan poco.

Y mientras tanto, seguiré disfrutando cada día de Leo y de Nora, de su libertad, de sus ganas de jugar y de estar conmigo. Pero ahora un poquito menos, porque ya llega septiembre, empieza el cole de nuevo, yo empiezo a buscar curro...


4 comentarios:

  1. Mucho ánimo. Siempre puedes 'inventarte' un trabajo en el que tú decidas cuánto y cómo trabajar, si es que no existe.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias guapa! El tema de enmprender un negocio (que supongo que es de lo que hablas) es peliagudo. No conozco a nadie que lo haya hecho sin cumplir alguna de éstas condiciones:

      -tener ahorros suficientes para invertir y subsistir sin beneficios al principio.
      -tener avales, familia que te respalde o ayude aconómicamente o al menos una pareja con un trabajo "decente" (y no digo un super sueldazo...).
      -no tener cargas familiares.

      Yo tengo dos niños pequeños, mi pareja ni en sueños llega a mileurista, es que ni a la mitad de mileurista a veces... y sí, tenemos ahorros, unos pequeños ahorros que no llegan para montar un negocio y que además no nos podemos permitir gastar sin tener garantías de que vayan a crear más dinero. Eso sí que sería irresponsable por mi parte.

      Una cosa es vivir con poco dinero, que se puede perfectamente, y otra buscarte posibles deudas muuy chungas y dejar a tus hijos sin comer.

      Ah, y lo de las ayudas... al menos en la comunidad de Madrid son una auténtica mierda, no sólo eso sino que te sablean a placer!

      En fin, que para montar un negocio hay que tener pasta. Así ha sido siempre y así será siempre. ;-)

      Pero no creas, que yo soy optimista eh? Algo saldrá, y no estará mal, ya verás!

      Besitos.

      Eliminar
  2. Como te entiendo!!Cuantas veces habre oido toooodas esas frases!!! Elegi quedarme en casa. La gente no lo entiende cuando dice que me agobio, que ando corriendo sin tiempo para nada, me dicen que deje a los niños en el comedor, ... No entienden que correr para atenderles es lo que he elegido aunque a veces me queje. Animo y suerte!!

    Amaya de lalibretadeamaya.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. Es que así debería ser... Yo ayer dije que no a un curso de bastantes horas que me moría por dar porque también son muchas horas alejada de mi hijo. Y me hace mucha falta, pero más falta le hago yo a él.

    Suerte en la búsqueda, y mucho ánimo!

    ResponderEliminar