...y lo que nos queda. En Madrid, donde
yo vivo, nos queda aún una semana entera por delante con máximas de
39º y mínimas que el viernes, por ejemplo, serán de 25º. El fin
de semana al menos las máximas bajan a 36º.
Parezco el parte meteorológico, lo sé.
Pero cuando vives con dos niños pequeños y ultrademandantes en un
piso sin aire acondicionado que es un horno (33 grados en el salón y
un efecto invernadero de lo más rico), pues acabas mirando la
aplicación del móvil de la AEMET cada día como si esperaras
encontrar la solución a todos los males de este país.
Y claro, no llega.
Os describo mi estado de ánimo:
pesimista, cansada, apática, inapetente, hastiada, de mala leche.
Le sumo unos hongos que se vienen
arriba con el calorcito y la humedad de la pisci, los cabrones; dolor
de garganta y malestar general que debe ser debido al único virus
superviviente a esta ola de calor; mezclo con una mega rabieta de
Leo, añado un millón de “mamás” de Nora, 200 caprichos de niña
de dos años (de niña mía, claro, las de los demás no son así),
40 peleas de hermanos, 350 gritos infantiles que superan los
decibelios de una discoteca de las chungas (¿las hay que no lo
sean?)...
Y ya tenéis mi vida.
Me siento recluída en mi propia casa,
con escapadas diarias a la piscina, a 10 minutos en coche. Una
piscina grande, con sombras, kiosco, ideal para niños... Un lujo de
piscina. Pero saber que es el único sitio a donde podemos ir hace
que sea un poco asfixiante también. Por las mañanas nos ayudan los
abuelos y están con los niños unas 2-3 horas en su casa, que es un
chalet y tiene una piscinita inflable.
Comencé la ola de calor yéndome yo
solita al pueblo con mis hijos y mis padres. Para qué mentir, un
coñazo, la casa es pequeña, para mí incómoda... y aunque mis
padres son un encanto y nos llevamos muy bien, ya he comprobado
muchas veces qe mejor cada uno en su casa... ;-) Horas muertas en un
pueblo de Extremadura, las tardes son largas y las mañanas con ola
de calor también. A las 11 era ya imposible salir.
Me salvan los ventiladores de techo,
llevamos ya tres en casa. Los amo.
No me apetece leer cuentos, hacer
manualidades, inventarme entretenimientos caseros... Ni sacar las
témperas, ni jugar a nada. Y en esta casa hay que jugar, o juegas o
mueres. Porque por supuesto mis hijos no se entretienen solos.
Necesito salir de esta rutina
abrasadora. Sólo espero que la semana que viene sea la última con
temperaturas tan altas. Por favor. Y lo próximo será averiguar cómo
refrescar un poco esta casa.
Por supuesto, en agosto nos vamos a la
playa. Apuesto uno de mis ventiladores a que hace mal tiempo.
Y al final, lo peor es que acabo
gritando, enfadada, exploto y pierdo la paciencia en uno de los
ataques de Leo, en uno de sus superenfados. Y no es justo, lo
sé. Y empiezo a pensar que esto no va a mejorar, que los retos a los
que nos somete Leo son cada vez más complejos, difíciles y
bestiales. Y tengo hasta miedo. Porque no sé cómo ayudarle, ahora
mismo lo tengo clarísimo. Estoy muy perdida. Y muy harta.
Lo que sí sabemos es que vamos a
buscar ayuda. Ayuda para él y para nosotros. Despejar dudas, acudir
a profesionales y descartar y confirmar lo que haga falta.
Ayer fue un buen día, fuimos a La
Pedriza y metimos los pies en el río y luego vimos el castillo de
Manzanares el Real y cenamos en una terraza. Me gustó salir de la
rutina, Leo disfrutó mucho y Nora... ¡Bueno, dejemos a Nora para otro post! Pero desgasta tanto esta vida, este amor, esta crianza y este
vivir entre explosiones de emociones y montañas rusas... Y el calor
no ayuda a tener fuerzas ni energía.
Hasta este año, el verano era mi
estación favorita y me declaraba fan del Sol.
¿Lo superaremos? Hoy, ahora, no soy
capaz de afirmarlo del todo. Espero que sí, deseo que así sea.
Juntos. Siempre juntos.
No sé ni que decirte, sólo que mucha paciencia. Álvaro hace unos días estaba igual, con rabietas de campeonato, pero nos hemos ido unos días a la playa y parece otro... Seguro que os viene bien el cambio en agosto, así que ánimo porque ya queda menos.
ResponderEliminarUn besazo
Mi hijo es que no pasa fases de rabietas. Él es intenso y una bomba siempre. Es como una emoción descontrolada con pies y manos y boca. Tiene rachas mejores y peores, eso sí... Como yo, jajaja! Y ahora yo estoy en racha mala.
EliminarUn besazo también para ti, Sonia. :-)
Ay, me siento igual muchos días. El calor es insufrible y a veces hace que lo veamos todo tan negro... Un abrazo. Ánimo <3
ResponderEliminarMuchas gracias!! Me vienen de perlas los ánimos... Hoy no veo el final de esta ola de calor y Leo se ha puesto malo por culpa de ella! Paciencia...
EliminarLo siento mucho,tiene que ser terrible ese calor y todos lo acusáis...y si encima una esta mala tiene que ser terrible,solo te mando muchos animos!,Izaro no es de muchas rabietas pero es muy demandante quiere tocar todo,que estés todo el rato con ella,estar en brazos mucho rato y entiendo como debe ser tu cansancio porque esta crianza de 24 horas es muy dura y mas con dos!
ResponderEliminarBesitos
Ya me he prometido a mí misma que el verano que viene nos vamos al norte de vacaciones... Y en julio!
EliminarMuchas gracias por los ánimos, hoy estoy mejor y Leo ya recuperado. Son agobios que me dan de repente, pero se me pasan rápido. Aunque el calor hace que me cueste más. Un beso!
¡Ánimo Bichilla!
ResponderEliminarYo también estoy parecido con este calor. Los niños también se ponen más nerviosos y el día a día resulta duro. Esos caprichos interminables de niña de dos años yo también los sufro, tranquila, no es la tuya sola.
Disfruta de la piscina si es lo único que tienes por el momento, al final es lo más cómodo. Por donde yo vivo hay ríos y pantanos pero al final hay que preparar demasiadas cosas para ir y después no resulta tan cómodo para que los niños se bañen.
Respecto a Leo no te agobies mucho. Consulta a algún profesional y trata de conectar todo lo que puedas con él, porque al final somos los padres los que tenemos las mejores soluciones a los problemas de nuestros hijos. Te lo digo yo que me he recorrido todo tipo de especialistas con la mayor y al final lo que más me ha servido es trabajar mucho yo con ella.
Hace unos meses que fuimos a la Pedriza y vimos el castillo ¡Nos encantó!
Espero que los virus os dejen pronto y sobre todo que te animes.
Pásate por mi blog, que tengo un premio para ti!
¡Ánimo Bichilla!
ResponderEliminarYo también estoy parecido con este calor. Los niños también se ponen más nerviosos y el día a día resulta duro. Esos caprichos interminables de niña de dos años yo también los sufro, tranquila, no es la tuya sola.
Disfruta de la piscina si es lo único que tienes por el momento, al final es lo más cómodo. Por donde yo vivo hay ríos y pantanos pero al final hay que preparar demasiadas cosas para ir y después no resulta tan cómodo para que los niños se bañen.
Respecto a Leo no te agobies mucho. Consulta a algún profesional y trata de conectar todo lo que puedas con él, porque al final somos los padres los que tenemos las mejores soluciones a los problemas de nuestros hijos. Te lo digo yo que me he recorrido todo tipo de especialistas con la mayor y al final lo que más me ha servido es trabajar mucho yo con ella.
Hace unos meses que fuimos a la Pedriza y vimos el castillo ¡Nos encantó!
Espero que los virus os dejen pronto y sobre todo que te animes.
Pásate por mi blog, que tengo un premio para ti!
Muchas gracias Mayte. A veces caigo en eso de pensar que lo que tienen los demás y lo que viven los demás es mejor. Y no es cierto ni es bueno para mí pensar así. Mis hijos son como son y yo también, y funcionamos lo mejor que podemos.
EliminarCon Leo intentamos no agobiarnos pero a veces cuesta, buf. Es que no se deja ayudar mucho... :-( Ya iré contando por aquí algo. La verdad es que es un tema que me da reparo exponer en el blog. Las rabietas, enfados... Me dan igual, pero hablar ya de posibles "problemas mayores" me da demasiado respeto.
Un besazo grande Mayte, ahora paso por tu blog!!