Hace
poco me perdí con el coche volviendo de un curso. Soy novata
conduciendo, me saqué el carnet embarazada de Nora, y creo que nunca
lograré ya hacerme con las carreteras de Madrid, con las “emes”
y el tráfico. Llevo demasiado tiempo de copiloto, mirando el cielo
por la ventanilla del coche o del tren o del autobús, sin
preocuparme de por dónde me llevan.
Así
que me perdí por la M-30, tragué saliva y vi cómo me alejaba más
y más de mi destino sin atreverme a salirme porque más miedo aún
me da entrar en el centro... Acabé en la M-40 y desde allí
conseguí salir a mi autovía.
Cuando
llegué a casa de los abuelos de Leo, para recogerle a él y a Nora,
lo conté. Que si qué lío, que si no hay quien entienda las
señales, que si con tanto coche y encima de noche es más difícil...
Leo me preguntó que si me había perdido y al decirle yo que sí lo
primero que dijo fue: ¿y te ha dado miedo? Y poco más.
Hoy,
en coche conduciendo con los dos (con Leo y con Nora), volviendo a
casa, empieza la siguiente conversación, que intento reproducir lo
mejor posible, aunque es muy difícil retener tanta información,
sobretodo en el lenguaje de un niño que aún se inventa tiempos
verbales:
-Mamá,
¿te acuerdas de un día que volvías de un sitio y te perdí y ibas
a un sitio que estaba yo?
-¿¿Qué??
-Sí,
que yo estaba en un sitio y tú te perdiste y te fuiste a otro
sitio... Una vez, ¿te acuerdas?
-Aaaah
sí, el otro día, que me perdí con el coche volviendo de un curso.
-¡Eeeso
decía!
-Sí,
iba a casa de los abuelos, ¿te acuerdas? Tú estabas allí con
ellos, ¿verdad?
-Sí.
¿Y estaba muy oscuro?
-Nooo.
Había luz en la carretera, mucha luz.
-¿Y
si había mucha luz por qué te perdiste? (ahí, dando ánimos).
-Pues
hijo, porque había muchos coches y no me fijé en la señal.
-¿Qué,
mamá? ¿En la señal?
-Sí,
un cartel que había y que yo no vi.
-¿Era
muy pequeño y por eso no lo viste?
-Que
va hijo, era muy grande, así en lo alto de la carretera, pero no me fijé, es que había muchos coches (ya
catarás tú la M-30 y lo entenderás...).
-¿Y
te fuiste muy lejos?
-Un
poco... No mucho.
-¿Y
te dio mucho miedo?
-No
no, no me dio miedo, sólo que tuve que encontrar el camino para
llegar a casa.
-¿Y
qué ponía en el cartel?
-Pues
ponía “por aquí se va a casa”, y una flecha. Pero no lo vi y me
pasé.
-¿Y
cuando te paseste fuiste a otro lado que no era casa?
-Sí.
-¡Y
entonces ya no podías volver!
-Sí,
lo que pasa es que tuve que ir por otro camino.
-¿Otro
camino que no era el camino que vías en el cartel que ponía “por
aquí a casa”?
-Sí,
otro camino.
-Mamá,
y tú estabas sola.
-Sí,
cariño.
-Pero
mamá, perderse por otro camino y si no hay luz... ¡eso da mucho
miedo!
-Qué
va, yo no tenía miedo Leo, además así la próxima vez me sabré
mejor el camino (ni de coña).
-Pero
si yo voy solo por un camino y me pierdo, ¡tengo mucho miedo!
-Claro
cariño, porque eres un niño, pero no pasa nada porque los niños
siempre van con un mayor a los sitios, así que no te preocupes que
no te vas a perder. Siempre vas a ir con papá y mamá.
-Mamá, pues puedes ir tú con un mayor, que sea más mayor que tú, y así no te pierdes, él te enseña el camino.
-Pues sí hijo, tienes toda la razón.
-Mamá,
si yo fuera contigo no te ibas a perder porque yo sé, hay que
fijarse en el cartel. Tienes que fijarte mucho en el cartel. El cartel
de “por aquí se va a casa”. Mamá, a mí no me da miedo, si yo
fuiba por allí yo no me perdería porque yo sé.
A
todo esto llegamos a casa y empieza a contárselo al padre, que
lógicamente no se entera de nada. Le pongo en antecedentes y sigue:
-Mamá,
yo sé ir por el camino del cartel.
-¿Ah
sí?
-Sí.
Está a la derecha. A-la-de-re-cha. Fíjate bien.
-¿¿Ah
sí??
-Sí.
¡Creo! Creo que es a la derecha. No, o a la izquierda... Mamá, hay
un cartel de “fíjate bien”. Fíjate bien mamá, un cartel de
“fí-ja-te bien” para el cartel de “por aquí se va a casa" (aquí ya me aguanto la risa).
-Mamá, acuérdate, el cartel grande que está arriba hasta el cielo...
-Mamá, acuérdate, el cartel grande que está arriba hasta el cielo...
En
fin, toda esta matraca mientras yo conducía, así, sin parar. Los
niños son increíbles. Me alucinan sus razonamientos y su lógica.
Su mente.
Y
para terminar, le dice a su padre:
-Oye
papá, y cuando mamá estaba sola perdida, y yo en casa de los
abuelos, ¿tú dónde estabas? :-DD
Jajajaj ay por dios que me lo como yo a ese niño!!!!! pero que conversación, me ha encantado la parte de cuando ya llegáis a casa, qué lío de cartel,señal!!! jajajaj
ResponderEliminarEl día que UBMF llegue a esta edad me muero de amor y babeando claro!!!
Dale un besito a Leo de mi parte.
Besossssssss
Jajaajajaj, me ha encantado! No me digas q te aburriste en el coche con esa conversación, jajajaj
ResponderEliminarY el fuiba me encanta también. Cuando empiezan a confundir los tiempos verbales están muy salados, verdad?
Ah, y otra cosa, opino lo mismo q Leo... Tu perdida y donde estaba el padre??? Jajajaajaj, me parto.
Besitos
Jajajjajaja, lo mejor, el final. Eso digo yo, los hombres donde están cuando se les necesita :-P
ResponderEliminarBesos!