Comienzo este post sin saber
exactamente qué va a resultar. No quiero juzgar, no quiero criticar.
Es sólo que hay cosas que me ponen triste. Más concretamente... me
alejan. Me siento más sola cuando me invaden.
Hace poco una madre de la
bebeteca donde voy con Nora preguntaba cómo se hace para que los
niños duerman solos. Su bebé tiene unos 16 meses. No entendíamos
muy bien a qué se refería y ella especificó: el “problema” es
que su hijo no se quedaba dormido a no ser que ella se tumbara a su
lado en su camita. Más o menos en 15 minutos se dormía. Del tirón.
Toda la noche. Hasta la mañana siguiente. Ella no se quejaba por
tener que hacer esto. Yo no pude evitar mirarla sorprendida y
decirle: pero entonces no está tan mal, ¿no? No, si no lo está,
pero todos me dicen que ya tiene que dormirse solo. Mi madre, mi
familia... la gente. ¿Es así? ¿Tiene que dormirse solo ya? ¿Y cómo
se hace? Aquí ya me salió la vena sarcástica. No sé, cuando lo
averigües me lo cuentas... No te jode (Lo de no te jode no lo dije,
pero es que clama al cielo colega, que llevo casi 4 años sin dormir
una noche del tirón).
Creo que algo más dije,
algo así como: pues se hace no estando con él, dejándole solo...
pero vamos... Y puse cara de “no hace falta que paséis por eso
hombre, tú haz lo que quieras, ¿no?” Y entonces otra mamá siguió:
dejándole llorar. Tienes que dejarle llorar. Hay un método, yo lo
estoy haciendo ahora con mi hija porque... bla bla bla... Mi mente
desconectó. Su hija es otra niña de otros 16 meses más o menos que
también dormía del tirón.
Me salí de clase. Estábamos
despidiéndonos, otras madres ya habían salido. Allí se quedaron
ellas dos con una o dos más y estuvieron dentro un poquillo. Supongo
que copiando la receta.
Y es que toda la escena me
pareció eso, una madre preguntando cómo se hace la tarta de manzana
y otra explicando ingrediente por ingrediente.
No llego a entender (y lo
digo de verdad) que una madre feliz, que disfruta de su hijo, una
madre formada, que no es una adolescente insegura que se ha quedado
embarazada sin quererlo... pregunte este tipo de cosas de esta
manera. Es como si realmente pensara que hay una manera, sólo una,
de criar a un bebé. Como si pensara que hay que hacer cosas muy
concretas a edades muy concretas. Como si creyera que hay libro de
instrucciones para esto, y que ella no lo tiene y tiene que preguntar
la forma correcta de hacerlo todo. La última pregunta que me hizo,
antes de que la otra mamá empezara a explicar el famoso método,
fue: ¿entonces no hace falta que se duerman solos?
¡Y me lo preguntaba en
serio!
¿Por qué este miedo, por
qué esta inseguridad? Es como si temiéramos que nos fueran a poner
una multa por hacerlo mal. Es como si pensáramos que vamos a
traumatizar a nuestro hijo de por vida si no hacemos “lo que hay
que hacer”. Y esa inseguridad nos lleva a querer hacer lo que hace
la mayoría de la gente, supongo.
¿Pero por qué nos
atrevemos a dejar llorar y llorar a nuestros hijos, y no nos
atrevemos a dormirles hasta que ellos estén preparados para hacerlo
solos? Por qué hay tanto miedo a que un niño sea dependiente y no a
que sufra o a que sea infeliz en su infancia?
A mí me pasa justo lo
contrario.
Tengo muchas dudas, pero
algunas cosas claras. Y cuando tienes ciertas cosas claras todo te va
mejor. Y no me cabe en la cabeza que una madre a la que no le importa
dormir a su hijo cada noche, deje de hacerlo sin despeinarse porque
todo el mundo le dice que lo haga y entonces será que hay que
hacerlo.
Es sólo una pequeña
anécdota, pero como ésta tengo bastantes.
Sé que las presiones del
entorno son fuertes, las de la familia, las de los profesionales de
la salud... Otro ejemplo es la lactancia. Una mujer cercana a mí ha
tenido un bebé. Le está dando el pecho y lo está pasando mal. Ya
ha llegado a la mastitis, después de pasar por grietas, tomas
interminables, falta de sueño, dolor, biberones de leche artificial,
sacaleches, cansancio, tristeza... Ella nunca ha sentido especial
atracción por dar el pecho, se ha dejado llevar un poco pero nunca
ha descartado no hacerlo. Sé que para mujeres como ella la presión
en las clases de preparación al parto, en el hospital... existe.
Ella quiere y no quiere, quiere que sea fácil y no lo está siendo y
supongo que no quiere “abandonar”, pero no tiene la fuerza
necesaria, el deseo necesario, para afrontar las dificultades y
ponerse en marcha para intentar superarlas. Todo ello en pleno
post-parto. Sufre.
Tener las cosas claras
ayuda. En general. En la vida. Con la maternidad más. Porque te
caen ostias de todos los lados.
¿Por qué tiene que ser tan
difícil? ¿Por qué nos complicamos tanto?
En este sentido, yo me
siento libre en mi maternidad. Libre y fuerte. Poderosa. A pesar de
mis dudas. Porque ahora a veces tengo dudas sobre si estoy haciendo
bien las cosas (¡y qué fácil es cuando son bebés!) pero sé, y
tengo clarísimo, que no podría hacerlas de otra forma.
Ufff, me dejas sin palabras y con tu permiso comparto tu post. Esa situación también la he vivido yo. Madres que preguntan cómo se hace para que su bebé no se despierte un par de veces por la noche. Siempre le contesto lo mismo ¿y cómo se hace para que no se despierte cuatro, cinco, diez y hasta quince veces? Cada niño es un mundo y aunque a mi el mío me saca de mis casillas muchas veces, también tengo claro de que forma no quiero hacer las cosas.
ResponderEliminarUn besazo, compañera.
Gracias guapa. Comparte lo que quieras por supuesto.
EliminarSi el problema no es preguntar, que truquitos necesitamos todas o simplemente conocer más experiencias... Es pensar que el bebé es como una maquinita, con su forma correcta de funcionar y con su peligro de estropearse si no lo hacemos "bien". Que parece que se nos olvida que es un ser humano, con derechos y necesidades propias...
Abrazos.
Qué historias más tristes. Y cuánto se desconoce el mundo infantil. Yo mato por que mi hijo se duerma en 15 minutos y siga del tirón, ¿dónde hay que firmar? Esa mujer, con su inseguridad, crea un problema donde no lo hay solo por no usar el sentido común. No sé para qué nos sirve tanta formación e información si no sabemos usarlas para pensar por nosotras mismas.
ResponderEliminarYo firmo también Patricia, ya lo sabes. Estoy que me caigo por los rincones. Y sí, de acuerdo contigo en que el mundo infantil es... como el de los extraterrestres de saturno, por lo menos.
EliminarBesos.
Hola bichi, me encanta leerte. Pues las mujeres en general por lo que yo veo no se paran a reflexionar sobre lo que es un embarazo, un parto ni se preocupan por intentar comprender las necesidades de los niños, y así se repiten los clichés. Nos preparamos para conseguir los mejores trabajos pero pasamos de todo a la hora de criar a nuestros hijos, pensamos que lo sabemos todo o nos vale cualquier consejo.
ResponderEliminarY no escuchamos a nuestro corazón, se me hace imposible creer q a una mamá de verdad no le importe dejae a su hijo llorar