Mi hija a sus 17 meses y
medio ha aprendido a poner la lavadora. Ay de ti como pretendas
llevar la ropa sucia al cesto (que está al lado) sin contar con
ella. Ella la coge, la lleva, levanta la tapa, echa la ropa, baja la
tapa. Acto seguido levanta la tapa, saca la ropa, la echa en el suelo
y después va cogiendo prenda a prenda y lo mete todo en la lavadora.
Cuando ha metido la última prenda, empieza el proceso contrario. Las
va sacando una a una y las devuelve al cesto.
Ahora cada vez que vamos a
la terraza a tirar un pañal a la basura (otra cosa que le encanta
hacer), tiene que poner la lavadora.
Otra cosa que hace es
transportar zapatos de un sitio a otro. Los de los niños los tenemos
debajo de la silla, en el suelo de su habitación. Y en la nuestra siempre hay un par de pares míos a los pies de la cama. Nora suele
coger los suyos, los trae al salón y los deja en algún lugar que
ella considera adecuado. A veces vuelve a la habitación y coge otro
par, esta vez de Leo. O quizá sólo uno. Después intenta
ponérselos. Pero no siempre, a veces sólo los pasea. Además le
gusta cogerlos con una sola mano, con el pulgar dentro de un zapato y
el resto de los dedos en el otro, como hacemos los adultos (los
adultos y las adultas, como dice Leo, jajaja). En el coche siempre se
los quita, es uno de sus entretenimientos.
Cada vez que voy al baño a
lavarme las manos o se las tiene que lavar Leo, ella tiene que
lavárselas también. Si Leo pide agua, ella inmediatamente dice
“agua” también. Claro que esto es recíproco, chorrada que hace
o dice Nora, allá va Leo a imitarla.
Es una cachonda, ahora le ha
dado por correr (imitando a Leo también) mientras hace el payaso. Se
vuelve loca con los cuentos, y nos vuelve locos a su padre y a mí.
Te lleva a los pies de la camita de Leo, al lado de la estantería de
los cuentos, y señala con el dedito cómodamente sentada. Tú tienes
que adivinar qué cuento quiere. Y no le valdrá ningún otro excepto
aquél en el que está pensando.
Pero lo mejor de lo mejor es
cuando Leo le cuenta alguno. Ha empezado a hacerlo hace poco, coge
alguno de los que se sabe de memoria. El otro día le oí decir:
¡Nora, es que ese no me lo sé!
Cuando nos vamos a la cama y
la digo: “Nora, a dar las buenas noches a Leo y a papá”, corre
encantada agitando la manita. Se planta delante de Leo y luego
delante de su padre, uno a uno, y bien cerca para que la vean,
jajaja. Me encanta ese momento.
Juega mucho con los coches
de Leo. De hecho Leo y ella cada vez juegan más juntos. Me gusta que
Leo ya la tenga en cuenta, quiera jugar con ella y la llame y le diga
“Nora, ven, vamos a...”. Además está un poco menos puñetero
con ella, a veces la deja sus juguetes y la trata con mucha ternura (sí, vaaaale, sólo a veces).
Ayer estábamos en una terraza y ellos de pie cerca. Pasó una chica
con un perro bastante grande (atado) y Nora hizo ademán de
acercarse. Automáticamente Leo puso su mano delante de ella, como
cortándola el paso, protegiéndola, mientras decía: “sí, Nora, mira, un perrito”
con la típica voz que usamos para los bebés. Más lindo mi niño.
Le da muchos besos, más
que a nadie. Ella no siempre le recibe bien y me empieza a dar penita
mi hijo, aunque es lo que toca, antes de esto me daba pena ella
porque Leo la trataba fatal, jajaja.
Presume mucho de ser el
hermano mayor y de que cuida mucho a Nora. Todo el rato quiere hacer
“cosas de mayores”, aunque son cosas super fáciles como ponerse
cabeza abajo en el sofá, pero son cosillas que a él le dan miedo y
le gusta enfrentarse a él y vencerlo. Lo hizo este invierno con los
saltos, empezó a saltar desde bordillos, bancos, columpios... Cada
vez desde más alto. Se sentía super orgulloso porque al principio
le daba mucho miedo. Ahora, desde el segundo día de piscina ya se
tira solo desde el bordillo (con manguitos, claro). Y además me
gusta que tampoco tenga reparos en decir que algo le da miedo.
Me da mucha ternura que le gusten tanto los bebés. Cuando conoció a su nuevo primito se moría de ganas de cogerle y decía que si lloraba le iba a pasear para que se durmiera. Si ve a algún bebé pequeñito en el parque se acerca despacio y me mira pidiéndome permiso para acariciarle. ¡Qué diferencia con hace un año y medio, cuando nació Nora!
Sigue siendo experto en sacarnos de
nuestras casillas, pero a la vez es tan... sincero, todo emoción, y
te pide abrazos, y es mimoso, y ahora a veces me dice “yo
también” cuando le digo que le quiero. Tiempo al tiempo.
Y eso, que son los dos...
encantadores. ¡Sólo eso explica que a pesar de todas las dificultades de criar a dos niños tan pequeñitos me ría a carcajadas con ellos... e incluso hasta tenga ganas de dejarlo por escrito! ;-)
Muy feliz maternidad.
Me parto con la lavadora, jajaja, qué genial. Y tiene que ser precioso ver a los hermanos jugar juntos. Disfrútalo mucho!! un eso
ResponderEliminarSí, ahora empieza a molar... Y cuando tengan 10 años y se vayan por ahí los dos solos molará mucho más, jajaja!
EliminarPero qué bonitos los dos.
ResponderEliminarMi hijo se interesa por la lavadora, pero lo que le gusta es pararla, jeje.
Eso hacía Leo pero con el lavavajillas, que daba mucha más rabia porque el programa no se podía retomar y volvía al principio!!!
EliminarSi es que son una ricura!!! Veo que Nora te ha salido ordenada, que maja :-) Besos!
ResponderEliminarGracias! Sí, además a esta edad les gusta mucho eso de "a guardar, a guardar..." Luego se les pasa, jajaja!!
EliminarQue bonito debe ser ver a los dos hermanos interactuar y jugar juntos, se te caerá la baba jeje. Y que tierno Leo protegiendo a su hermanita.
ResponderEliminarA Gordito también le encanta ayudarme con la lavadora. Cuando la ponemos se queda delante mirando como da vueltas, le entretiene un montón jeje.
Un beso!!
Es que la lavadora es un poco hipnótica!! :-D
EliminarTe devuelvo la visita!!!
ResponderEliminarMe encanta leerte y lo pormenorizado que cuentas todo.
En muchas cosas me siento identificada pues igual es con nosotros :-)
Un abrazo muy grande!
Otro para ti! Sigo pensando mucho en el forito, era muy especial! Besos! :-)
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