martes, 31 de julio de 2012

Comenzando el segundo trimestre

Estoy ya de 14 semanas + 6 días. ¡Mañana cumplo 15 semanas de embarazo! Vaya, no está mal, ¡acabo de darme cuenta de que esto avanza!

Este embarazo está siendo muy diferente al primero. En el primero te preocupas por todo, en el mal sentido de la palabra y en el bueno. Yo miraba en distintas webs el desarrollo del feto en cada semana, contemplaba mi barriga, soñaba despierta, y pensaba en ello constantemente. Ahora, con un niño hiperdemandante de 21 meses, ya imaginaréis... Además, estoy en paro, con lo cual no puedo “relajarme” en la oficina mientras pienso en mi bichito, ni puedo mirar esas webs a escondidas o en un ratillo de poco curro, jeje. En casa Leo me reclama constantemente y para colmo es ver el portátil y pedir vídeos de canciones insistentemente.

En resumen, que no me acuerdo ya de cuánto mide el feto en la semana 15, de si es lentejita, garbancito o judía. No sé cómo de formados tiene los órganos, si mea o no mea, si se chupa el dedo o aún no... Como jamón serrano sin remordimientos de conciencia a pesar de no haber pasado la toxoplasmosis; de hecho como lo que me apetece en cada momento, y esto sí está mal, porque sólo me apetecen guarrerías y nunca fruta. En el primer embarazo me forcé a comer al menos un par de piezas diarias. Para nada pienso en el bichito a cada momento, pienso mucho más en mi hijo “mayor” (oohhh... ¿¿¿mayor??? ¡Ya lo dije!) y estoy mucho menos “soñadora”, aunque tengo que reconocer que empiezo a pensar ya en cuando pueda notarle a través de mi barriga, e incluso en el parto.

Y así se ha ido pasando el primer trimestre, sin náuseas ni mareos como en el primero, sin perder peso de lo poco que comía, sin ascos, sin esos horribles dolores de los ligamentos del útero que me llevaron a hacerme una eco por lo privado en la semana 11, acojonada... Pero eso sí, con la sombra de la diabetes presente, una curva corta y una larga ya hechas (la larga hoy mismo) y sobretodo el maldito resultado del triple screening. Por una razón u otra, mis embarazos nunca son tranquilos. Mis hormonas están un pelín menos revolucionadas (creo), aunque no van mal tampoco.

Lo mejor es que se me ha pasado el cansancio extremo, ése que también tuve en mi otro embarazo y que también desapareció al entrar en el segundo trimestre. ¡Menos mal! Como contrapartida, la ciática está asomando la patita ya, y miedo me da, porque no sé cómo voy a estar cuando tenga barriga de verdad.

Pero me alegro de haber sobrepasado estas primeras 14 semanas, de haber esquivado al cansancio (relativamente) y de estar bastante optimista.

Mañana tengo ecografía en el hospital, previa a una posible amniocentesis en la semana 16. Ya os contaré, pero estoy tranquila (¡de momento!) y convencida de que no voy a hacerme la amnio. Seguramente me darán también los resultados de la curva larga de glucosa, así que sabré si oficialmente paso a tener una vez más diabetes gestacional. Y quién sabe, quizá nos digan el sexo... ¡Ójala!

1 comentario:

  1. Hola preciosa!
    El segundo embarazo no tiene nada que ver con el primero, no tienes tiempo para tí y para el bichito, por un lado es bueno pero también tendemos a cuidarnos menos. Así que intenta por lo menos el tema de la alimentación cuidártelo un poco.
    Verás que todo sale estupendamente. Aquí me tienes esperando tus noticias.
    Un besazo!

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