Mi pequeña Nora. Pequeña y dulce
Nora. Dulce y desesperante Nora. Hoy cumples dos años y medio. Eres
muy mayor, aunque depende del momento tú dices que eres pequeñita.
Creo que te haces un lío a veces. O igual eres más lista que nadie.
Llevo tiempo queriendo preparar esta
entrada, y me cuesta. Porque me superas, porque sé que me quedaré
corta. Que no podré dejar escrita aquí tu alegría, tu sonrisa, tus
contradicciones maravillosas.
Hablas como una niña mayor. Me dices
que me quieres, y que me quieres mucho, incluso me dices “te
quiero mucho, cariño”, ¡imitándome! Imitas e imitas, sobretodo a
tu hermano pero también a mí en un gesto casual, en una postura. De
repente te veo mirando atentamente mis piernas y poniendo las tuyas
exactamente igual, o mirándote al espejo del ascensor mientras
copias la postura de mi mano izquierda en mi sien. Entonces te miro,
me río, suelto la carcajada y tú te ves descubierta y te ríes
conmigo.
Eres una brujita, un lorito (si Leo
dice: ¡quiero agua!, tú dices ipso facto: ¡quiero agua!),
una mayor y mi bebé. Porque me niego a que dejes de serlo. Sí, ya
caí en el tópico. Es que eres la última, hija, sé que ya no
vendrán más bebés, que a tu padre y a mí se nos iría la salud y
la misma vida con un tercero, y entonces pienso que en menos de nada
tendrás 3 años, y me acuerdo de Leo a esa edad, ya en el cole, y me
acojono. Y me asombro, porque el tiempo ha pasado muy rápido, a
pesar de que han pasado millones de cosas en los dos últimos años.
-Mamá, tengo una idea. Ven un
momento. Eso es que quieres algo de mí, que te lea un cuento o
juegue contigo a algo. Ven, ven. Y haces el gesto con la mano.
Como si no supiera yo que me vas a secuestrar de nuevo. ;-)
-Mamá, los abuelos no me dan
vergüenza, ¡porque son los abuelos!
Sí, eres un poco tímida, asustadiza
con los desconocidos. Y siempre quieres estar con mamá. Aunque a
veces también con papá, y menos mal porque demandas mucha atención,
¡mucha! Y lloras y lloras cuando no soy yo quien te cambia el pañal,
o cuando me siento en el bordillo de la piscina y tú quieres que me
meta dentro... Bueno, realmente lloras por muchísimas cosas. Y muy
fuerte, ¿sabes? A veces me aturdes, porque me pides que esté ahí y
no dos milímetros más allá... por ejemplo.
Ahora sobretodo lloras por Peppa Pig.
¡Qué enganche con la cerdita! Y cuando te decimos que no puedes
verla más siempre lloras y pataleas y te tiras al suelo.
Gesticulas mucho, para todo. Y hablas
mucho. Preguntas mucho. Por qués sin tregua cada día. Y
explicaciones; y cantas, canciones enteras. ¡Y te las inventas
también! A veces tarareas y a veces pones letra. Nos sigues haciendo
reir muchísimo.
Has empezado a dibujar, hasta hace poco
no te interesaba. Haces rayajos preciosos y quieres que los colguemos
en la pared donde están los dibujos de Leo. Y sigues teniendo tus
momentos de abstracción con el lego o con tus composiciones de
juguetes... Son breves, pero valen su peso en oro. Y me gusta verte
tan concentrada aunque sea unos pocos minutos.
Sigues comiendo lo que quieres y cuando
quieres, que se traduce en muy poco. Ah, y de pie. Te encanta comer
de pie.
Y también te encanta jugar con Leo y hacerle de
rabiar. Os pasáis el día peleando y si no llora uno llora otro. Es
cansado a veces.
Pero siempre sacas tu sonrisa, tus
mimos, tus besos... y lo vuelves a iluminar todo. Aunque al rato
vuelvas con otro berrinche, con otra demanda. Incansable.
Te gusta la piscina, flotar en el agua,
jugar con la cocinita y los cacharritos, que te leamos cuentos y
leerlos tú sola (mola mucho oirte, contando a tu manera, a veces
casi literalmente, tus preferidos del momento). Cantar y bailar,
hacer el tonto, reirte con Leo. Que te acaricie la espalda para
dormirte, pegarte mucho a mí en la cama (bueno, y en todos los
lados) y comer cerezas, melocotones y sandía. También sopa,
croquetas y por supuesto pasta con tomate frito. Ah, y la tortilla
francesa, pero como a Leo no le gusta nada el huevo, si te hacemos
tortilla a él le hacemos otra cosa, y entonces tú siempre siempre
quieres lo que tiene él. Así que en la práctica a tí tampoco te
gusta el huevo, ¡qué se le va a hacer! :-D
Sé que cuando acabe este verano echaré la vista atrás y me parecerá increíble lo mucho que habrás crecido. Llegará el otoño y serás toda una niña, ya no una bebé. Con más ocurrencias aún, con más coquetería aún (¡lo que te gusta la ropita nueva! Nada que ver con tu hermano a esa edad), con más ganas aún de relacionarte con otros niños (estás haciendo ya algún pinito, no te desagradan).
Y nos queda la vida entera aún... para que nos sigas haciendo felices. Te quiero mi niña, mi bebé, mi Nora.
Madre mía si que la veo grande en las fotos, está preciosa y lo que cuentas es toda una explosión preciosa de niña, siii nos demandan mucho pero también nos dan las mayores alegrías y nos dan lo mejor de sí mismos! Besicos y ánimo con lo que queda de julio, muuucho ánimo con el calor y con los peques, pasaréis un agosto genial en la playa seguro, que te leo pero no siempre comento ;)
ResponderEliminarGracias Montse! Sí que está grande Nora, muy mayor. Yo no me pierdo tu blog tampoco y tus peques están enormes también! Cómo pasa el tiempo!
EliminarUn besazo.
Madre mía cómo está Nora de mayor... Y refleja siempre alegría¡¡¡ Tiene algunas cosas que Álvaro dice exactamente igual, por ejemplo lo de "tengo una idea", ajjaaj y que él también a veces quiere ser mayor y otras pequeño, dependiendo de lo que le convenga, jajaaj
ResponderEliminarUn besazo enorme y ya queda menos para agosto ;)
Para la edad que tiene, tiene muuucha picardía... Debe ser cierto eso de que los segundos van más rápido, yo qué sé! ;-) Un besazo y gracias por pasarte, esta es tu casa ya sabes!!! :-)
EliminarQ graciosa!!!!....se te hace mayor pero vienen tb más experiencias hermosas!!!....besos,es muy linda!!!
ResponderEliminarqué linda!
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarHe llegado a tu blog, a través del blog de Mayte y por aquí me quedo. Que fotos tan bonitas, a mí que me encantan las piscinas, y todo lo que tenga que ver con el agua, estaba leyendo entusiasmada y he llegado a una foto con gallinas!! me encantan!! jaja. Que época tan bonita cuando quieran ser como su mamá, ayy yo no soy mamá y no se si lo seré alguna vez, soy "seño", me encantan los niños.
Un besico!!