martes, 23 de julio de 2013

Un septiembre muy especial

La semana pasada Carol, de Minerva y su mundo, nos hablaba de su decisión de no escolarizar a su hija en esta entrada. Este tema me toca mucho (Leo empieza el colegio en septiembre) y aunque al principio pensé en responderla allí, luego decidí que iba a hacerlo a través de mi blog. La verdad es que debate hay poco, porque estoy totalmente de acuerdo con ella.

Yo no he llevado a Leo a la guardería. Primero porque me pedí una excedencia de 10 meses y segundo porque después me echaron de mi trabajo. La verdad es que me dieron una buena indemnización y entre eso y mi prestación por desempleo, me alegré mucho de poder disfrutar de mi pequeño a tiempo completo. De hecho nunca quise llevarle y siempre he pensado que las escuelas infantiles son únicamente para los niños que no pueden estar con sus padres. Después me quedé embarazada de Nora, quise aprovechar este parón en mi vida laboral para tener un segundo hijo y poder buscar trabajo una vez ese segundo hubiera cumplido ya seis meses. Todo el mundo me preguntaba si meteria a Leo en la guardería cuando naciera Nora, y cuando les decía que no, me miraban como si estuviera loca o fuera una apestada.

Mi tiempo con Leo lo he disfrutado al máximo. Nunca he echado de menos una guardería. Ahora que en septiembre empieza el colegio miro hacia atrás y recuerdo esa época con nostalgia y cariño. Lo que he vivido con él es un privilegio y ha sido un enorme placer. Despertarnos juntos, sin madrugones obligados, sin prisas, sin imposiciones. Jugando, experimentando, paseando, teteando mucho... Haciendo las cosas a su ritmo.

Creo que en el colegio se les exige demasiado (en la guardería también). A día de hoy, con dos años y nueve meses, Leo no controla aún esfínteres y por supuesto no se limpia el culito solo. Come solo pero muchas veces pide que le des tú la comida. No sabe bajarse ni subirse el pantalón solo, ni quitarse ni ponerse la chaqueta. Las manos se las lava regular.

Todas estas cosas se les exigen en el cole, y muchas más. Quizá las primeras semanas no, pero luego sí. Mucha gente me diría que si le hubiera llevado a la guardería sabría hacerlas ya todas o casi todas. Tengo mis dudas, sobre todo en cuanto al control de esfínteres, pero aunque así fuera, sólo significaría que allí ha tenido que adaptarse a una velocidad de desarrollo que no es la suya, que no se ha respetado su libertad y que se le ha “obligado” a ser más mayor de lo que es... Esto es lo que pasa con los niños hoy en día. Y es una pena.

Mi hijo no sabe aún hacer estas cosas. Tampoco sabe lavarse los dientes, ni recoge siempre sus juguetes, ni nos obedece, porque es un niño normal y porque por ejemplo no he considerado fundamental para él que sepa tirar su abrigo al suelo y luego meter las manos por las mangas. Está empezando a relacionarse ahora con otros niños, hasta hace poco no tenía ningún interés. Y no es porque no haya estado en contacto con otros niños, cosa que sí ha hecho, acompañado por mí. Es porque hasta ahora no le interesaban y prefería estar con papá, mamá y los abuelos. Ahora veo que empieza a “socializar” (cómo odio esa palabra), a una edad normal si consultas cualquier manual de psicología infantil, por muy cutre que sea.

No dudo de que si hubiera ido a la guardería hubiera acabado relacionándose con los niños de su clase. ¡Qué remedio! Y hubiera pasado buenos ratos, claro que sí. Y también malos. A todo se acostumbra uno, y los niños más que nadie, pero eso no significa que todo sea lo mismo.

Yo sí voy a escolarizar a Leo, y es una decisión muy meditada. En el colegio que está al lado de casa (5 minutos andando). Sin dejarle a comedor, sin libros en infantil y con una persona encargada de cambiarles si se hacen pis o caca. Es lo mejor que hemos podido encontrar para él, y creo que hemos tenido mucha suerte porque además conocemos a más de un profesor allí. No me siento preparada ni con ganas de tenerle en casa. Por un lado porque ahora está su hermanita, y no me veo capaz de lidiar con los dos. Estos útimos meses están siendo durillos. Por otro lado, no me apetece ir a contracorriente en esto. Asumo las dificultades que nos vamos a encontrar, y confío en lo positivo que Leo va a sacar del cole. Por supuesto pienso que hay muchísimas cosas buenas en el hecho de que vaya, sobretodo que espero que le sirva para hacer crecer esa independencia que asoma tímidamente entre su gran necesidad de nosotros. Lo que sucede es que mi hijo es muy introvertido y le intimidan mucho los desconocidos, ¡sobretodo si hay 27 a sus alrededor! Se asusta de verdad y me temo que lo va a pasar mal al principio.

Me encantaría que todos los niños empezaran el cole más tarde, a los 4 ó 5 años. Quizá entonces le metería este curso en una escuela infantil donde le acompañarían en su proceso de abandonar el pañal, donde podría llevarle las horas que yo quisiera, donde sólo jugara libremente...

Pero la realidad es que mi pequeño va a estar de 9:30 a 16:30 atado por horarios, juegos dirigidos, prisas para que desayune y coma y obligaciones. Yo intentaré acompañarle en este proceso lo mejor que pueda, sin regañarle, sin agobiarle y dándole todo mi tiempo después del colegio.

Y que conste que soy atea, pero... ¡que dios nos pille confesados!

4 comentarios:

  1. Jjajajaja. Me parecen genial ambas opciones. Yo a Nora la he llevado tres horitas a una guarde-cole y he acabado bastante contenta...a pesar de muchas cosas que no me gustaban. De las cosas más buenas que le he visto ha sido que ha hecho una amiga de verdad a elección propia, se quieren muchísimo. Y como en casa lo hacemos a nuestra manera, pues ea. Prefiero ir andando a tener que llevarla a Madrid todos los días y yo no me veo con ánimos de hacerlo yo. Un besete y confía en Leo, siempre nos sorprenden. Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso espero, que me sorprenda, que me sorprenda mucho... jajaja!!

      Para mí lo mejor también es que el cole esté al ladito de casa.

      Besos!

      Eliminar
  2. Mis hijos van a guarde porque yo trabajo, decisión también muy meditada. Lo más importante es que les dejo en un lugar donde siempre les han respetado mucho y mis decisiones, soy la presidenta del AMPA de la escuela infantil para ayudar y poder cambiar algo si no nos gusta. Estoy muy implicada en la educación de mis hijos desde pequeños.

    Mi Bichito empezó el cole y ella está súper feliz, disfruta cada día que va y despiertan sus inquietudes. Pero no todo el mundo es como Bichito y hay peques a los que les cuesta más. Dá una oportunidad, implícate, ayuda, colabora, yo embarazada lo he hecho, he bajado a hacer los disfraces de todo infantil, colaborado decorando el colegio como un castillo, participando en las actividades y tanto mi Bichito como yo hemos disfrutado muchísimo.

    Canija empezará la guarde este año, Pequeñín la terminará y yo seguiré allí hasta que Canija termine intentando mejorar, proponiendo talleres, ayudando a los padres que lo necesitan.

    Por cierto, cuando nació mi Canija yo saqué a mis hijos de horario ampliado para que descansaran y encargarme yo. Duro, sí, pero mucho mejor para ellos. Después quité a Bichito de comedor. Así que entiendo que no llevaras a Leo a la guarde, no hacía falta.


    Ánimo, es difícil, pero todo irá bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Suu, guapa. Desde luego pienso hacerme del AMPA en cuanto empiece el curso. Además, es un colegio que valora mucho que los padres se impliquen y tienen un programa de inclusión de la familia en la escuela muy bueno. Yo estoy en paro y voy a tener la oportunidad de estar allí una vez por semana colaborando en las aulas. Creo que esto es muy positivo.

      Estoy ilusionada, y confío en que saquemos muchas cosas buenas del cole... Aunque eso no quita para que piense que todo esto está muy mal montado y que el trato hacia los niños en general no es el mejor, que no se les respeta como niños que son. Y que probablemente será duro al principio...

      Ya os contaré!

      Eliminar